Menuda sorpresa se han llevado las personas que han intentado sacar los huesos de sus seres queridos que fallecieron durante la pandemia del coronavirus, ya que su descomposición ha sido muy lenta, un 50 por ciento menor de lo normal, aseguró Miguel Loria López, responsable de panteones.
Señaló que en día pasado solicitaron los huesos de dos cadáveres que fueron exhumados, pero que se encontraron con la sorpresa de que estos aún no se habían mineralizado, por lo que tendrán que esperar dos años más en sus tumbas.
“Los familiares que han pedido la exhumación de los cuerpos de sus parientes que murieron en la pandemia tendrán que pagar dos años más de renta, debido a que sus difuntos aún no se descomponen. Quisieron sacar los huesos de sus seres queridos, porque se ha vencido el plazo de renta de dos años, pero se llevaron una menuda sorpresa al encontrar los cuerpos casi intactos, como si solo tuvieran un año de haber sido enterrados”, destacó.
“Cuando se exhuma un cuerpo en un cementerio y se descubre que no se ha mineralizado, hay que volver a enterrarlo o esperar al menos dos años más”, aseguró el responsable de panteones.
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Para Miguel Loría, las personas que murieron durante la pandemia por el virus del COVID-19 han tenido una descomposición muy lenta, debido a los medicamentos y tratamientos a los que fueron sometidos.
Detalló que, además de los medicamentos, al morir una persona por el coronavirus es emplayado e introducido en una bolsa de traslado para cadáver biodegradable que reúne las características técnicas sanitarias de resistencia a la presión de gases en su interior e impermeabilidad. Además, el féretro es previamente desinfectado con hipoclorito para evitar el contagio del virus, lo que retarda la acción de descomposición.
En cuanto al riesgo de contagio al manipular los restos en la exhumación, comentó que no hay evidencia de que exista peligro de infección a partir de cadáveres, sin embargo, los sepultureros cumplen las normas de uso del equipo de protección personal.
El responsable de los panteones explicó que los familiares de los occisos por COVID-19 deberán esperar dos años más para la exhumación, por lo que se piensa que en el lapso de cuatro años ya se habrá mineralizado el cuerpo y se pueda trasladar a un nicho.
Proceso de rescate
Por otra parte, Loria López dio a conocer que buscaron a los dolientes de los nichos que están en el panteón antiguo para que puedan adquirir un nicho para los restos óseos de sus familiares fallecidos.
“El objetivo es que la gente cumpla con el reglamento de contar con un título de propiedad y una de las cláusulas es que el familiar deba mantener limpio y arreglado el espacio, muchos ya se hicieron cargo”, según aseguró el funcionario.
Agregó que en el panteón antiguo El Recuerdo se nota un cambio radical, ya que antiguamente los nichos se construían de manera desorganizada, pero ahora se construyeron nichos pegados a la pared y se cuenta con bóvedas disponibles.
Por último, dijo que el precio de una bóveda es de 14 mil pesos, mientras que un nicho cuesta mil pesos, y quien esté interesado en adquirir uno deberá acudir al panteón donde los sepultureros le darán el número del lote y sección, luego tendrán que ir a la tesorería para el certificado.
“En el nicho se pueden colocar hasta cinco o más cajas cuando se trata de cenizas, pero cuando se trata de huesos apenas cabe una”, dijo.
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NM