Aún prevalece la creencia de que una pulsera roja es una medida de protección para los niños ante la temporada del Día de Muertos.
Madres de familia y adultos mayores de la localidad señalaron que de acuerdo con la leyenda, los niños recién nacidos o que cuentan con pocos meses o años de vida son más susceptibles a que puedan ser llevados o visitados por las ánimas de los fieles difuntos.
Por lo anterior, varios habitantes tienen la costumbre de colocar una pulsera roja en el brazo derecho de los menores, a fin de protegerlos y evitar que interactúen con las almas del más allá.
Gloria Ek indicó que hasta la fecha dicha creencia sigue vigente y se sigue transmitiendo de generación en generación, para que sepan qué medidas aplicar en la época del Hanal Pixán.
La entrevistada explicó que a sus hijos los creció con esta costumbre que heredó de su madre, por lo que espera que esta técnica aún permanezca y no se pierda.
El ciudadano Jorge Díaz mencionó que muchas de las pulseras rojas se adquieren principalmente en los puestos de artesanías y posteriormente existe la tradición de llevarlas a bendecir a la Iglesia.
Mencionó que estas medidas se llevan a cabo porque también consideran que de este modo se puede evitar el mal de ojo o el mal viento que ocurre durante los primeros años de vida de los pequeños.
Los habitantes también agregaron que existe la creencia de que se puede usar una pulsera negra para proteger a los niños, no obstante, la pulsera de color rojo es la que más se adquiere como medida de protección ante las ánimas que estarán deambulando durante los próximos días.
Asimismo, relataron que saben de casos que por no realizar estas medidas de prevención tuvieron consecuencias negativas, por este motivo esta práctica se mantiene viva y esperan que se continúe transmitiendo a las futuras generaciones y evitar que desaparezca.
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NM