En la oscuridad de las aguas de los cenotes, el buzo y arqueólogo Carlos Evia Cervantes ha rescatado vestigios mayas, arrancando de las profundidades verdaderos tesoros de la arqueología, en una labor que lleva 27 años con el grupo de Espeleobuceo Ahau. Por ese y otros trabajos recibirá hoy el reconocimiento Salvador Rodríguez Losa, que otorga la UADY.
El maestro inició como docente en la Facultad de Ciencias Antropológicas de la UADY, donde desarrolló la asignatura de estadística y después desarrollo con esto un programa, según las habilidades de los alumnos.
Desde 1971 empezó a visitar las cuevas, donde creó equipos de trabajo para que siguieran su investigación e interés, de ahí entendió que la espeleología sería tomada con seriedad, aunque ese entonces en Yucatán eran muy pocos los que la conocían.
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El arqueólogo relató que en 1980 se creó el primer grupo de espeleología en la Facultad de Antropología, pero no duró mucho, el segundo intento duró poco más de tres años, hasta que en 1997 se fundó el grupo Espeleobuceo Ahau, que empezó con alumnos de antropología, actualmente está formado por 15 integrantes.
Añadió que a lo largo del tiempo se creó un grupo con más seriedad, con cimientos concretos en la práctica de espeleología, porque consideró importante generar el conocimiento para que exista esta ciencia.
De esta manera el equipo apoya a las comunidades rurales, donde son solicitados para que hagan diagnósticos de sus cuevas, esto lo realizan junto con instituciones gubernamentales.
Durante sus casi 27 años en esta trayectoria, consideró que una de las cuevas más complicas se encuentra en Tekax, pues tiene túneles largos, así como las grutas de Calcehtok (cerca de Maxcanú), que tiene cavernas de tres rutas, la primera difícil, que consideran una ruta larga, la segunda de mediana dificultad y la tercera que tiene una sola bóveda.
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NM