Investigadores continúan encontrando la presencia de microplásticos (MPs) en cuerpos de agua del Estado, que aunque su cantidad es mínima y no se han detectado efectos negativos en el hombre, advierten que de continuar esto podría afectar la salud humana.
El doctor Gilberto Acosta González, investigador por México del Conahcyt, adscrito a la Unidad de Ciencias del Agua (UCIA), del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), reveló que encontraron la presencia de MPs en pozos y cenotes de la Península de Yucatán. El especialista remarcó que detectaron entre uno a 250 partículas de microplásticos por litro de agua, lo que representa “un problema a atender”.
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Detalló que estas partículas pueden afectar la cadena trófica (alimenticia y nutricional) de los seres vivos que habitan en los ecosistemas acuáticos, así como el entorno natural por la presencia de químicos que absorben metales pesados, que al final podrían perjudicar a la gente.
Incluso, el investigador señaló que existen algunos estudios sobre este tema donde se han hallado partículas de plásticos en organismos vivos, en los pulmones, el colón y la sangre de los seres humanos, en este sentido, indicó que el futuro de esta área es realizar más estudios orientados a conocer el efecto real de los MPs en las personas.
“La presencia de microplásticos en los cuerpos de agua y ecosistemas acuáticos puede tener una repercusión en la salud de los organismos que los habitan y, potencialmente, afectar la salud humana”, subrayó.
No solo los especialistas del CICY han encontrado la presencia de microplásticos en cuerpos de agua. Dalila Aldana Aranda, de la Unidas Mérida del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav), reveló que diferentes especies marinas del Litoral Oriente están contaminadas por MPs, lo que en un futuro no muy lejano podrían dañar al ser humano tras consumirlos.
“En el Caribe se han hecho investigaciones con el caracol rosa, que sirve de indicador de lo que pasa en esta región para medir la cantidad de microplásticos presentes en el organismo”, apuntó.
Reveló que han encontrado la presencia de esos contaminantes en mejillones, almejas, ostiones, pulpos, peces de diversas especies y tortugas marinas.
ue , y al ser consumidas por las especies pequeñas, estas son comidas por otros peces grandes y luego por otros, hasta que sean capturados por el ser humano y pasan a su organismo tras comerlas. De acuerdo con las investigaciones, cuando un pez consume MPs en dos horas, los componentes químicos pasan al torrente sanguíneo y en varios días pasan a la carne.
Recalcó que los plásticos más tóxicos son los que contienen insecticidas, herbicidas, que tienen compuestos organoclorados, agentes sumamente tóxicos para todo organismo, incluyendo el ser humano.
Por separado, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del Estado de Campeche, descubrieron MPs en los estómagos de los peces en el Litoral Oriente. El biólogo ambiental José Cruz Hoil Rajón reveló que se está capacitando a personal para hacer más estudios profundos sobre esta problemática en las costas yucatecas.
A su vez, especialistas de la Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación-Sisal de la Facultad de Ciencias de la UNAM también han encontrado en Celestún y Sisal contaminación con MPs en peces y aves depredadoras, además de agroquímicos utilizados en los plaguicidas y desechos orgánicos, reveló la especialista Cecilia Robles Mendoza.
Apuntó que han encontrado estos residuos en el pargo mulato; afortunadamente ha sido una cantidad baja y su presencia solo está en su estómago, el cual no se consume, por lo que tampoco pone en riesgo la salud de los seres humanos.
La doctora Robles apuntó que aún les falta emplear el espectro en otras especies y crustáceos, para comparar resultados.
Explicó que los microplásticos son partículas cuyo tamaño es menor o igual a cinco milímetros y que su origen puede ser primario, como los cosméticos, o secundario, que son los que se generan después de un proceso de degradación de un producto plástico. Explicó que los rayos de Sol lo van degradando, carcomiendo, arrastrando y desintegrando, haciéndolo cada vez más pequeño.
Estos secundarios nacen de botellas de PET, detergentes o bolsas que se tiran directamente al mar o a través de un deficiente control de los residuos sólidos urbanos, desechos que al final de cuentas van a dar a las playas.
Destacó que afortunadamente el nivel de contaminación por plaguicidas, así como de microplástico, aún no es alarmante, pero es una señal de alerta si no se toman las medidas adecuadas.
Por su parte, el doctor Gilberto Acosta González explicó que en la UCIA, que tiene sede en Quintana Roo, ya se realizan estudios para conocer la cantidad y presencia de MPs en especies marinas asociadas a los arrecifes de coral; e igualmente, sobre su presencia y tipo (colores, tamaño, etc.) en el agua subterránea de la Península de Yucatán.
“Es importante este trabajo, ya que en la península se cuenta con ambientes costeros y marinos, estos ecosistemas son muy importantes debido a que de ahí se obtiene alimento, se genera economía, turismo, además de que ambientes como los arrecifes contribuyen a protegernos contra catástrofes naturales como los huracanes”, destacó.
El investigador contextualizó sobre esta problemática indicando que, en promedio, 8 millones de toneladas de plásticos entran al mar de forma anual, lo que genera una gran cantidad de MPs, ya sean primarios, que originalmente son fabricados en tamaño micro (menores a 5 mm) para productos de cuidado personal, como exfoliantes, pastas dentales y otros cosméticos, principalmente; o secundarios, que se originan por la fragmentación y descomposición de plásticos grandes por acción de la exposición solar o mecánica.
Finalmente, dijo que las alternativas para aminorar esta problemática son reducir el consumo de plásticos, evitar el consumo de productos que contengan microplásticos y el uso de textiles sintéticos; además de informar a la sociedad del impacto de los microplásticos y promover de participar en las jornadas de limpieza de playas, cenotes y otros cuerpos de agua que se organicen en las localidades.
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NM