En la última década, las estadísticas oficiales muestran una preocupante tendencia al alza tanto en los casos de sida como en las infecciones por virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en Yucatán.
Si bien hubo una baja importante en 2020 debido a las restricciones de movilidad por la pandemia de COVID-19, al año siguiente los números repuntaron, superando incluso las cifras históricas previas.
Así, mientras en 2013 hubo 221 casos de sida y 191 infecciones de VIH, para 2021 estas cifras alcanzaron los 405 y 353 casos, respectivamente. Esto representa un incremento de más del 80 por ciento en casos del síndrome y cercano al 85 por ciento en nuevas infecciones del virus en comparación con 2013.
Los indicadores evidencian fallas en las políticas de prevención y control; se requiere así reforzar las campañas de concientización sobre prácticas sexuales seguras, así como mejorar la asistencia y los tratamientos para los grupos más vulnerables.
Tan solo el año pasado, es decir, 2022, se registraron 170 casos del síndrome y 182 contagios de virus, cifras que muestran el efecto de la pandemia de coronavirus. Los picos históricos ocurrieron en 2019 con 758 diagnósticos de sida y 354 de VIH.
En este contexto, de acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y del sistema nacional de salud, Yucatán ocupa el quinto lugar nacional en prevalencia de VIH con una tasa de 22.16 por cada 100 mil habitantes.
De 2021 a la fecha se han detectado en Yucatán 86 nuevos casos de VIH y 56 de sífilis, según la Red de Personas Afectadas por VIH (RepaVIH). Estos padecimientos presentan vinculación entre sí en cierta medida. Además, Mérida concentra el 64.69 por ciento de los reportes de casos de sida en Yucatán desde 1983 hasta 2020.
Yucatán con más casos
Este problema de salud pública no es nuevo para la región; Yucatán se ha mantenido por años entre los Estados con mayor incidencia de nuevos casos de VIH/sida. En 2023 alcanzó incluso el tercer puesto a nivel nacional.
El VIH ataca un tipo de células del sistema inmune llamadas linfocitos CD4 o células T; al destruir estas células, el cuerpo tiene más dificultades para combatir otras infecciones, incluso leves.
El VIH usa los linfocitos para replicarse y producir más copias del virus. Esto hace que las células se expandan y terminen reventando. Cuando ha destruido determinada cantidad de linfocitos CD4, y su número cae por debajo de 200, la persona desarrolla sida.
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LV