Nuevamente la comunidad progreseña se manifestó en contra de la policía de la administración de Julián Zacarías Curi, esta vez por acoso de los elementos en el malecón tradicional, que podría estar recibiendo una limpia de pescadores que acostumbran ingerir bebidas alcohólicas en este punto del puerto, aunque sin molestar a los turistas.
“Queremos que nos dejen de molestar los policías, me da una tristeza enorme cuando a algunos colegas pescadores desempleados los veo durante la mañana caminando en grupo, todos asustados porque fueron levantados a altas horas de la madrugada en medio de su trayecto por el malecón, ya que se acabe esta injusticia, por favor”, dijo José Valladares Herrera, mejor conocido en el gremio pesquero como El Gemelo.
El pescador, con más de dos décadas dedicadas a la actividad en altamar en forma independiente, constata que al llegar a uno de los puntos turísticos más importantes para el municipio sus allegados y conocidos viven con miedo constante de ser interceptados por la autoridad.
Los quejosos denuncian un clasismo evidente en varios puntos turísticos, aseguran que se les retire por tomar en la vía pública, cuyo acto también lo cometen los visitantes al puerto, pero a ellos nadie los detiene ni los sacan fuera de estos espacios públicos.
“Es una especie de discriminación porque solamente venimos a sentarnos aquí al malecón sin hacerle daño a nadie, tampoco pedimos caridad ni perseguimos a ningún turista, pero eso no importa, porque siempre nos piden que nos vayamos, aunque seamos nacidos aquí”, expresó Martín Tzec.
Antiguamente, varios grupos de bebedores solían concentrarse en el malecón internacional, viviendo incluso en los alijos y lanchas abandonadas de toda esta extensión, aunque tras la rehabilitación del espacio y los constantes arrestos debajo del puente para estas personas, han estado concentrándose a pocos metros de la estatua de Juan Miguel Castro.
La última detención ocurrió ayer cuando precisamente en ese punto, una cuadrilla de agentes municipales se llevaron sin motivo aparente al exbuzo Javier Jesús Canul Caballero, de 52 años de edad, quien solamente llegó a una de las bancas a descansar.
El incidente lo dio a conocer su hija Izamary Canul Cimé, de 29 años de edad y empleada de un negocio comercial ubicado en el malecón Romeo Frías Bobadilla, específicamente en la calle 80 entre 15 y 17. La joven dice que su padre solamente estaba sentado y contando sus ganancias del día, que obtiene como viene-viene.
“Apenas se sentó a un costado de la estatua se acercaron policías creyendo que era un bebedor de cerveza que desde mediodía van a tomar los tragos a aquel lugar. Cuando se lo llevaron intenté forcejear entre el tumulto, pero salí perjudicada, pues hasta se me rompió una pulsera”, dijo la trabajadora del rumbo.
Cabe mencionar que fueron algunos palaperos quienes le avisaron a la muchacha que llegara al lugar de los hechos para impedir que se llevaran a su padre, pero fue inútil pues don Javier fue llevado detenido a la comandancia municipal, ubicada frente al puerto de abrigo de Yucalpetén.
Otros testimonios anónimos por temor a represalias con las autoridades, señalan que son constantes los arrestos, sobre todo con gente de escasos recursos que llega a tomar cerveza junto a un restaurante perteneciente a una conocida franquicia.
Los casos también se sitúan con descendientes de la cultura tzotzil, que desde el mes de enero pasado han comenzado a desaparecer poco a poco del puerto, sobre todo del malecón tradicional, donde en caso de deambular pidiendo monedas son interceptados por autoridades policiacas. Por otra parte, resultan contradictorias este tipo de acciones de la policía del puerto, ya que a través de sus cuentas oficiales han dado a conocer que toman cursos con la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán para promover los buenos valores entre la institución.
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CC