Vito Modesto Sánchez Díaz, quien fuera comerciante por más de 70 años, recordó con nostalgia cómo solían ser las carnestolendas en el pasado.
Dijo que el Carnaval se vivía con más emoción, con la visita a los domicilios de las comparsas que iban acompañadas de un payaso. Añadió que en esos recorridos aprovechaban para recolectar algunos centavos quienes cantaban y decían sus picardías. Además, indicó que los disfraces no eran de lujo, sino que se usaban lo que se tuvieran a la mano. Más tarde se empezó a usar huevo para la batalla de flores que los jóvenes arrojaban a las comparsas y terminaban las calles apestosas.
Asimismo, surgió el uso del azul, por lo que las familias no podían llegar a la tardes a disfrutar del Carnaval de Disfraces en el centro sin salir pintadas. Agregó que por muchos años se usó pintura de aceite para estas bromas, que dejaba manchas en las paredes, hasta que un Alcalde sentenció que quien fuera sorprendido con pintura sería encarcelado, por lo que se fue olvidando y en la actualidad las familias asisten sin temor de ser pintadas. Vito compraba su pase por 30 pesos, que usaba desde el inicio hasta terminar el Carnaval para entrar a los bailes.
Sánchez añadió que en la actualidad no hay mucha emotividad la fiesta del Carnaval, quizás debido a la crisis económica, para preparar los disfraces, pero atesora los recuerdos de lo que él vivió.