Dan un giro total las investigaciones en torno a la muerte ocurrida el pasado miércoles 8 de marzo en el municipio de Chichimilá, de la que desde el principio se dio a conocer que se trató de un “crimen pasional”, pero se trató de un feminicidio en Yucatán, en el que su expareja dio muerte a palazos a una mujer y a su actual pareja, al sorprenderlos juntos. Los familiares de la mujer, dieron su versión de los hechos y exigieron justicia por la ahora occisa.
De acuerdo a las investigaciones, la pareja llevaba tiempo separada, pues el ahora detenido se había ido a Cancún a trabajar y la mujer se quedó en Chichimilá, por lo que había buscado rehacer su vida al lado de otra persona.
La ahora occisa conoció años atrás al chiapaneco Julian G., de 30 años de edad, su expareja, con quien procreó una familia. Con el paso del tiempo, presuntamente el hombre empezó a serle infiel, a ser violento y a celarla enfermizamente, martirizando la vida de Glendy A. F. N., de 30 años de edad.
Por lo que, después de varios años, Glendy se cansó de quien ni siquiera la ayudaba en su totalidad para mantener su hogar, por lo que ella tuvo que sacar a sus hijos adelante completamente sola.
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Con amor propio, Glendy superó su separación y huyó de quien la golpeaba a ella y a sus hijos.
Los moretones, las heridas, la sangre derramada de tanta violencia que el hombre engendró contra ella y sus hijos fueron la gota que derramó el vaso para sacarlo de su vida.
Es así como la mujer empezó a tomar las riendas de su vida y trabajar por sus hijos. Familiares afirmaron que ella ya había hablado con él. Le dio tantas oportunidades para cambiar y empezar a valorarla a ella y a sus hijos, pero el sujeto nunca hizo el esfuerzo por cambiar.
En varias ocasiones, ella le decía al hombre que la “deje en paz” para rehacer su vida, pero el criminal no lo entendió. La mujer estaba casada, pero separada de él, ya que su divorcio estaba en planes. Es por eso que hubo un acercamiento, para poder firmar los documentos y quedar en buenos términos. Pero el sujeto, con su paranoia y sus enfermizos celos, supo que ella ya había encontrado alguien más para su vida, alguien que sí la valoraba y la ayudaba cuando más lo necesitaba.
No satisfecho con la violencia que él le hizo vivir durante años, regresó la semana pasada para cumplir con la amenaza que le había hecho a la mujer. Los familiares de la ahora fallecida aseguran que la expareja de Glendy no es ninguna víctima, es un asesino, un enfermo mental. La misma historia también fue vertida posteriormente por las autoridades policíacas.
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GC