Apicultores orgánicos del municipio de Maxcanú denunciaron que por la instalación de las megagranjas porcícolas de Kekén en el municipio perdieron su certificación orgánica en la última inspección, lo que les genera una pérdida de 261 mil pesos, por no poder recibir el sobreprecio de la miel orgánica en un año.
Pero el problema se extiende a todo el Estado, ya que representantes de cooperativas apícolas señalan que la contaminación de las granjas agrícolas, así como por pesticidas y agroquímicos ha generado una baja del 75 por ciento en la productividad y pone en riesgo una inversión en colmenas de 242 millones de pesos.
Noticia destacada
Granjas porcícolas de Kekén, bajo la mira de especialistas de la Península de Yucatán
Con estos problemas, advierten que la producción de miel es incierta y Yucatán podría perder su hegemonía como mayor productor del dulce en el país, con más de 9 mil toneladas al año, la mayoría de exportación.
Noticia destacada
Activistas exhiben contaminación de granjas porcícolas de Kekén en Yucatán a nivel nacional
Apiarios afectados
La Alianza Kaabnálo’on, que abarca a más de 80 comunidades que producen miel orgánica, comentó que en Maxcanú se instalaron granjas de Kekén, “en terrenos que le quitaron a nuestros ejidos colindantes, con engaños, a menos de siete kilómetros de nuestros apiarios, las cuales ya afectaron a 29 apiarios de ocho productores diferentes, que perdieron la certificación orgánica por ese hecho”.
Esto significa hasta ahora una pérdida de 261 mil pesos por no poder recibir el sobreprecio de la miel orgánica en un año. Cada familia apícola perderá solo este año, cerca de 9 mil pesos.
Detalló que las organizaciones de la Alianza Kaabnálo’on tienen más de mil apiarios orgánicos, algunos a corta distancia de estas megagranjas, en municipios como Kinchil, Maxcanú, Celestún, Izamal, Hocabá y Tizimín, las cuales se encuentran en peligro.
“La llegada de las megagranjas es una nueva amenaza al ecosistema. Se reconoce que afectan al ambiente por el olor, el agua contaminada, los efectos de muerte de la vegetación regada con las aguas de descarga de las granjas, y también el debilitamiento de las colmenas que están cercanas”, apuntaron.
Al respecto, Luis González Molar, director de la productora Súper Miel, y Nelly Ortiz Vázquez, consejera de la cooperativa de apicultores Kaabi Jool, señalaron que la contaminación por granjas porcícolas aunados a los pesticidas (fumigación aérea) y agroquímicos también han generado una baja del 75 por ciento en la productividad de los apicultores del Estado.
“Si un apiario se encuentra cerca de una granja porcícola, las abejas cuando les hace falta agua, lo primero que hacen es ir a beber de estos lugares y al estar infestada de excremento las mata”, apuntaron.
Señalaron que este problema se arrastra desde la década pasada, por lo que actualmente un apicultor social produce 30 kilos por colmena, cuando hace 10 años su producción era de 125 kilos.
Síguenos en Google News y recibe la mejor información
CC