Familiares y allegados del pescador José de Jesús Pech Arroyo, quien se lesionó en altamar cuando trabajaba en el barco Nesbrit, piden apoyo para el hombre de mar, ya que su lesión resultó de alto peligro. Esto debido a que persiste el riesgo de que pierda la mano izquierda. Parte de las iniciativas que se han dado a conocer fueron bóteos en la vía pública para quien desee aportar, siendo el sector pesquero el que más ha aportado donaciones a la causa, mientras que las autoridades simplemente brillan por su ausencia.
En un recorrido a través de los puntos de embarcación más importantes del puerto, se ha constatado que el pescador carece de prestaciones y derechos como trabajador, pues en caso de que los hombres de mar sufran accidentes en sus viajes respectivos y hasta naufragios, normalmente son las familias y compañeros quienes apoyan al agraviado.
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“Pobre muchacho, por supuesto que se le conocía, bastante trabajador. Lamentablemente en la pesca sabemos cuándo nos vamos, pero nunca cómo llegaremos o si vamos a poder llegar. Es demasiado obvio que al empresario y a las autoridades municipales poco les importamos, persiste una cultura donde se ve al trabajador como una persona poco culta, llena de vicios y sin ganas de salir a delante, pero no todos son así”, indicó el veterano Alejandro Puuc.
En información publicada el lunes, dimos a conocer que cuando trabajaba en el barco Nesbrit, el joven pescador sufrió una lesión en su brazo izquierdo, por lo que se le trajo de regreso a Progreso para que recibiera ayuda médica. El patrón de la nave se informó que se trata de José R. L., y el percance ocurrió cuando se hallaban a 68 millas del puerto, justo al momento en la nave salió a trabajar mediante el sistema de cobra línea, teniendo la mala suerte el afectado mencionado de que se le atorara la mano en el winche.
Para desgracia del marinero, los días en el hospital de asistencia social se tornaron oscuros cuando los gastos se acrecentaron a medida que pasó el tiempo, aparte de que había riesgo de que pierda la extremidad de la lesión.
“El sistema que utilizaron es bastante riesgoso si no se tiene el debido cuidado, tengo compañeros que a pesar de que tienen años en la pesca suelen perder dedos al cortarse. La pesca es una labor de riesgo total”, explicó Valentino Dzib, pescador ribereño también de la vieja escuela.
Aparte de José de Jesús Pech Arroyo, ese mismo lunes durante la madrugada se lesionó otro pescador pero que era parte del barco Aguilar II, sólo que en este caso se trató de una picadura de mantarraya la causa de que se pusiera grave el elemento que también estaba en busca de mero y tuvo que retornar con la Marina para no concluir su viaje. Se desconoce el estado de salud de este otro afectado en altamar.
Cabe mencionar que ambas situaciones se hicieron virales en el municipio, siendo el sector pesquero quien lamenta en mayor proporción el desenlace de ambos marineros menores de 30 años, sobre todo porque posiblemente se pierdan hasta seis meses de actividad.
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CC