El año pasado, esta reserva natural acumuló, de enero al mes de abril, un total de 34 mil 723 visitantes, con base en datos de la Secretaría de Fomento Turístico en el Estado, obteniendo un incremento hasta del 58 por ciento respecto a los años de mayores protocolos de higiene por pandemia. Solamente en el primer bimestre del año actual, 17 mil 193 personas han acudido a “El Corchito”, por lo que al final del mes se espera que se rompan estas estadísticas de nuevo.
El gusto por acudir a este sitio, que permite la interacción del turista con la naturaleza, no es extraño. Números en el primer cuatrimestre del año 2021 lo situaron como el quinto sitio turístico más visitado, con 21 mil 886 turistas que acudieron a sus instalaciones.
El año 2020, que mezcló dos meses de libertad social y dos meses de pandemia, promedió una elevación de un 3.5 por ciento más que el 2021, con 22 mil 757 visitas de turistas. El 2019, último año sin pandemia, obtuvo en su primer cuatrimestre una cifra abismal en comparación con sus dos años siguientes, pues obtuvo un censo de 48 mil 970 accesos al parador.
Desconocen origen
Algo que llamó la atención cuando se realizó un sondeo entre los presentes fue que se desconoce totalmente la hazaña que realizó un grupo de pescadores a finales de los años 80 para rescatar un antiguo sitio con ojos de agua, pero que tras el Huracán Gilberto, quedó cubierto de desechos y en condiciones deplorables.
Fue entonces que el fallecido José María Palomo Castillo, junto con su hermano Limberth Castillo, Jorge Casanova Dzul, hombre de mar originario de Muna, así como también con otros dos vecinos, decidieron acudir ahí en el mes de diciembre de 1989, al punto donde hoy se encuentra el atractivo, para tratar de rescatar el lugar, pues tras varios años, este quedó en el abandono y cubierto por basura y áreas verdes que morían lentamente.
En 1991 se conformó la cooperativa “El Corchito”, la cual empezó a otorgar viajes en lancha solo por una propina, hasta el año 2002, que tras el paso del Huracán Isidoro, el Gobierno federal les otorgó recursos para realizar instalaciones que incluyeron un embarcadero y palapas. Sin embargo, el sueño de los pescadores sucumbió cuando el lugar le fue cedido en 2015 al Gobierno del Rolando Zapata Bello a cambio de plazas para los fundadores, de los que la mayoría ahora se encuentra en el retiro desde el mes de marzo del año 2021.
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CC