El Viacrucis y demás actividades de la semana mayor sirven para reivindicar los pecados, errores e inducen a la mayoría de las personas a la conversión, pero también dan pauta al agradecimiento al Creador por la vida misma, tal y como lo ejerció la familia Zavala Borges que obsequió pozole a cientos de personas como una promesa de fe en la que Angélica Borges Páez ofrendo esta bebida tradicional como acción de gracias a Dios por recuperar su salud después de sufrir un infarto.
Ella compartió que esta promesa la cumplirá anualmente en esta actividad religiosa si Dios se lo permite, pues está infinitamente agradecida con él después de sobrevivir al estar al borde de la muerte, por lo que junto con su familia expresaron que a veces le damos más valor a las cosas materiales, pero no nos fijamos en lo espiritual, en apoyar al prójimo como viendo en él a Jesús y que es lo menos que podemos hacer por él siguiendo sus mandatos, señalando que sobre todo no nos fijamos que somos inmensamente ricos al contar con salud.
Al Viacrucis de Viernes Santo de la Parroquia de los Santos Reyes se sumaron millares de personas, en su mayoría familias que partieron de sus respectivos núcleos parroquiales hacia el centro de la ciudad hasta concluir su recorrido en la explanada del Ex Convento, donde fueron partícipes de la lectura de las 7 palabras.
Mientras que el de la comunidad religiosa de la Parroquia de los Nuestra Señora de Guadalupe partió de cada centro pastoral hasta culminar en el templo Guadalupano donde participaron en la celebración de los Santos Oficios.
Durante el trayecto de fe se turnaban para cargar la cruz y emitían cánticos religiosos rememorando la pasión de Jesucristo en su recorrido hacia el calvario, recordaron que el sacrificio pascual de Jesucristo, su pasión y muerte les obtuvo la vida eterna y viviendo este acontecimiento en comunidad pidieron el mismo sacrificio al crucificado que los ayude a superar su autorreferencialidad, salir al encuentro de los que se encuentran lejos de la iglesia, de los que han recibido algún desaire y se hayan alejado.
Se les exhortó a que tengan en cuenta que son una comunidad en salida, misionera, evangelizadora y misericordiosa, pidiendo que Santa María de Guadalupe los acompañe en su cotidiano caminar y en cada una de las estaciones de este viacrucis, así como acompañó a Jesús en este camino de entrega y sacrificio.
Meditaron la pasión muerte de Jesucristo, cuestionándose sobre la situación actual de la familia, la juventud y de muchos alejados y excluidos de la fe, de manera que iluminados por la entrega amorosa de su Señor que culmina en la resurrección se animan a asumir su protagonismo de discípulos y su misión de ser iglesia en salida.
Se hizo énfasis a la llamada que Jesús hace a todos los bautizados cuando dice que el que quiera ser su discípulo que no se busque así mismo, sino que tome su cruz de cada día y lo siga.
Es así como siguiendo la palabra de Jesús que dice que el ser humano no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y que siga al Señor como ejercicio piadoso, se hizo énfasis en que tienen un ritmo de vida que los absorbe con las ocupaciones y las preocupaciones de las tareas de todo el día o el trabajo, por ello es necesario dedicar un tiempo a reflexionar en compañía de los que comparten la misma fe con ellos que ayuda a darle una dimensión espiritual a las cosas que hacen.
Los participantes comprendieron que no solamente es mirar a Cristo sufriendo, sino que es confrontar esa entrega de Jesús con nuestra tendencia a la comodidad, al mínimo esfuerzo, a estar encerrados en nuestro propio mundo y también ser conscientes de la convicción con la que Jesús cumple su misión confrontada con nuestra debilidad de pensamiento para sostener los puntos de vista y criterios cristianos como la verdad y la justicia.
La actividad religiosa concluyó pidiendo al mismo Señor crucificado que nos ayude a salir de nosotros, de nuestra comodidad; que superando nuestra “autorreferencialidad”, salgamos al encuentro de los que se experimentan lejos de la Iglesia, de los que han recibido algún desaire y, dolidos que se alejaron, puntualizando que “sean una comunidad en salida, misionera, evangelizadora y misericordiosa”
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JG