En este mes de mayo incrementó en las redes sociales la venta de aves exóticas, en especial el loro, que está catalogado como una especie protegida por las normas de conservación de México. Cada ejemplar se oferta entre los mil y mil 500 pesos, por lo que es lamentable que las autoridades encargadas de aplicar las leyes no han hecho algo para frenar la venta ilegal de estos animales silvestres.
Cada año, el comercio ilegal de aves se repite. Hay varias personas que buscan en los agujeros de las palmas de huano los nidos de los loros para bajarlos y luego ponerlos a la venta, explicó el biólogo Julián Rojas.
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Mencionó que en México se castiga a quien comercialice con loros: “Las penas pueden ir de uno a nueve años, incluso se pueden aplicar multas millonarias por el saqueo y venta de nidos de la vida silvestre. Comprarlas nos convierte en cómplices y nos hace parte de una farsa. La realidad es que pese a que se trata de especies protegidas por una norma oficial mexicana, las autoridades lamentablemente no imponen las sanciones correspondientes”.
“La impunidad con la que se oferta la fauna silvestre en redes sociales, mercados y carreteras es terrible. Aunque el insistir en denunciar nos pueda ocasionar problemas, no podemos dejar de hacerlo y evidenciar la flagrancia de este delito. Esta impunidad se debe a la desidia de las autoridades encargadas de combatir este delito y sobre todo por las leyes obsoletas que han sido rebasadas y no están alineadas al nuevo sistema de justicia y de tecnología. El ofrecimiento de fauna protegida por redes sociales ha aumentado y se pueden ver anuncios que ofrecen guacamayas en venta desde Tampico o loros silvestres en Yucatán. Las preguntas son: ¿hasta cuándo?, ¿qué tiene que pasar? o ¿cuántas especies se deben perder para que la protección de fauna silvestre no sea sólo un discurso?”, informó.
Asimismo, el biólogo comentó lo siguiente: “Es necesario que la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, firmada por 184 países, intervenga como en el caso de la totoaba y la vaquita marina, para que sancione a México por su omisión grotesca en este tema. Tenemos que compartir y etiquetar para evidenciar lo que ocurre en las ciudades y Estados, y exigir a las autoridades actuar”.
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CC