José Alfredo Novelo Contreras, originario de K´ankab, dijo sentirse feliz de volver a ver a su familia, especialmente a su madre, Rumualda Contreras Pacab, a quien no veía desde hace 20 años, lapso en el cual emigró a Estados Unidos con apenas 18 años de edad.
Novelo Contreras derramó lágrimas de emoción al abrazar de nuevo a su mamá, hermanas y demás familiares que acudieron a darle la bienvenida ayer al Aeropuerto Internacional de Mérida después de un viaje de casi tres horas desde K´ankab (henequén amarrillo, en lengua maya).
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El paisano llegó acompañado de su esposa, Gabriela J. de Novelo, y sus tres hijos, manifestó que llega con sentimientos encontrados, pero agradece a Dios poder regresar a su pueblo, del cual salió en 2004 rumbo al país del Norte, con el propósito de encontrar un trabajo mejor remunerado. Como la mayoría de los migrantes, comenzó laborando como empleado en una tienda y después como mozo en un restaurante, hasta lograr ser ayudante de cocina, en Santa Rosa, California, donde conoció a su esposa.
Comentó que a pesar de la distancia jamás se olvidó de sus raíces, por eso enseñó a sus hijos la lengua maya, tanto que se expresan mejor que él en maya como en inglés y español. Pero lo que más extrañó fueron los panuchos, la cochinita pibil y otros guisos yucatecos, que son más sabrosos y exquisitos que las hamburguesas y otros platillos típicos en esa parte de California.
Después de saludar con abrazos y parabienes a sus familiares, mencionó que le hubiera gustado llegar durante la fiesta de su pueblo, para que sus hijos conozcan más sobre las costumbres de la comunidad. De la cual salió en busca de mejores oportunidades de empleo y a la que regresa contento de haber logrado su objetivo.
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CC