El Campamento Tortuguero y autoridades de distintos niveles han verificado un arribo ascendente de tortugas carey al puerto con motivo de la temporada de anidación, pues ya se registran hasta el momento ocho nidos con 386 huevecillos de la especie mencionada, cuyos ejemplares depositan hasta 220 prospectos de crías.
“Por ahora permanecen con nosotros tres nidos en el corral y hay cinco más en puntos “insitu” que se encuentran en la costa del municipio. A diferencia con el año pasado, tenemos que admitir que sí ha habido un crecimiento constante de la llegada de los quelonios, por lo que es altamente probable que se superen los 200 nidos en el último trimestre del 2023, que es cuando finalizará esta temporada de anidación”, especificó el profesor y biólogo Carlos León Aguilar, titular del Campamento Tortuguero.
Este centro de atención se encuentra en la zona adjunta a la playa, en el Centro de Estudios Tecnológicos del Mar, en Yucalpetén, al Poniente de la ciudad. Actualmente, el equipo cuenta con 15 voluntarios, entre jóvenes y personas externas a la institución, quienes están coordinados con dependencias como la Policía Ecológica.
Justo las lluvias y el calor que se han presentado en estos días, asegura el especialista, ayudan al proceso de incubación, aunque ha preocupado la alta presencia de jaurías callejeras y animales domésticos, pues la raza canina es depredadora de los quelonios.
Recordó que hace seis días se tuvo la primera nidada, con un ejemplar tipo carey que llegó al Malecón Internacional durante la madrugada. Los huevecillos hoy en día permanecen en resguardo en el centro tortuguero mencionado, mismo que tuvo adecuaciones como la colocación de una malla ciclónica unos días antes del mes de abril.
Cabe mencionar que una tortuga carey pone de 130 a 180 huevecillos, aunque se han detectado ejemplares que han llegado con 220, mientras que los quelonios tipo verde colocan de 80 a 140 futuras crías, Por otra parte, la tortuga de lora, que ha arribado dos años consecutivos, llega hasta con 160 huevos.
“Hay una diferencia muy marcada entre las tortugas carey y las de lora, pues estas últimas tienen como área el Norte del país y aparecen cuando aún hay Sol, mientras que las primeras sólo utilizan la oscuridad para llevar a cabo todo su proceso, el cual dura hasta tres horas dentro de la playa para luego retornar al agua”, agregó el biólogo.
También puntualizó que los nidos miden de 40 a 50 centímetros, por lo que se solicita a los turistas no dañar estos espacios o en caso de encontrar alguna tortuga a su paso, no tomar fotos con flash o intentar devolverlas al mar, pues son actitudes que generalmente toman aquellos que desconocen que la playa se encuentra en el inicio de la temporada de anidación.
“Las tortugas salen a buscar el espacio adecuado para depositar sus huevecillos, si se ven obstruidas, terminan retornando y se pierde su proceso. Recordemos que cada tortuga sale, como máximo, fuera de su hábitat hasta tres veces”, indicó Carlos León Aguilar.
En lo que refiere a las tortugas que permanecen con atención en el espacio tortuguero, se mantienen un par de “tortugas blancas” con fibropapilomatosis, aparte de una tortuga carey que desde el año pasado está recibiendo comida y rehabilitación para poder tener movilidad, ya que llegó maltratada luego de que sufrió un golpe con la propela de un barco.
“Ahora el campamento permanece con actividad constante. Tanto por los quelonios que estamos atendiendo como por los ejemplares que van a venir a depositar nidos a lo largo de estos meses, donde pedimos también la colaboración de la comunidad y turistas para comunicarse con las autoridades al ver actividad de este tipo en la playa”, finalizó.
Las primeras liberaciones se estima que sean entre el 25 y 30 de junio al salir las crías de los nidos que se están obteniendo en estos días. Estas actividades se han vuelto un espacio de aprendizaje para quienes son testigo de los protocolos de liberación donde intervienen distintos organismos y hasta medios de comunicación.
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CC