Sobre la Avenida Colón en Mérida se levanta una imponente casona de donde nació una leyenda que le hizo ganarse el nombre de La Casa del Diablo, por el que fue conocida durante muchos años.
Villa María es el verdadero nombre de esta mansión construida a principios de los años veinte por la Compañía Constructora y Urbanizadora de Mérida. El primer propietario de la residencia fue el Sr. Heberto Gutiérrez Cervera.
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Fue en los años 80s cuando se popularizó la historia, que causó el espanto de muchos, de que en la fachada de la casa se podía ver la cara del diablo, por lo que más de un curioso llegó hasta el lugar para ser testigo de esto.
Relatos de personas que vivían cerca de la casa aseguran que se escuchaban ruidos extraños, en el lugar que durante muchos se encontró deshabitado y con visible deterioro.
El origen de la leyenda
En realidad la aparición de la cara del diablo no era producto de un fenómeno paranormal o de un suceso demoniaco, sino de un juego de luces y sombras , que se producía con el escudo de armas al frente de la casa y el alumbrado público.
El color azul de la casa y la luz que desprendían los faroles de la calle formaban dos franjas que se levantaban asemejando los cuernos del príncipe de las tinieblas, sumado a la protuberancia en la parte baja del escudo, lo que simulaba el mentón.
A la fecha, la casona se encuentra habitada, mucho más cuidada, dejando lejos la imagen lúgubre y tenebrosa que durante muchos años alimentó la leyenda que la hizo popularmente conocida como La Casa del Diablo.
Información: Mérida en la Historia.
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