De la fundación de Tizimín no se tiene una fecha precisa, pero hace 435 años que su historia se comenzó a escribir, cuando en julio de 1588, los frailes Alonzo Ponce y Antonio de Ciudad Real describieron los primeros indicios del pasado histórico y cultural de este municipio, así como de las actividades productivas de esa época.
El historiador de la ciudad, Luis Pérez Salazar, expresó que este hecho no debe pasar desapercibido para los tizimileños, ya que gracias a estos frailes podemos saber de nuestro pasado emblemático que nos proporciona identidad.
Relató que ambos Comisión General a cargo de fray Alonzo Ponce es enviada eran originarios de España y que la encomienda de fray Alonzo Ponce como Comisario General de la orden de San Francisco era visitar los lugares donde se encontraban los miembros de esa orden.
Así llegaron a Cuba, de donde salieron el 4 de julio en barco y tres días después arribaron a Chouac Ha (agua larga), ubicado a ocho kilómetros de El Cuyo.
El 9 de julio salieron hasta El Cuyo y de ahí se trasladaron a Hol-koben, en Río Lagartos. El sitio cautivó a los visitantes con sus bellas entradas y especialmente la gran cantidad de réptiles que observaban por doquier, de ahí que la denominaron Estero de Lagartos.
Ahí observaron un palo de tinte, el cual se exportó a España porque con ello se podían pintar las telas. La explotación de este recurso se prolongó unos 200 años o más.
Ahí se quedaron dos días y para salir pasaron pantanos, ciénagas y caminaron cinco leguas desde la madrugada sobre caminos mayas. Casi no pudieron dormir por los mosquitos, llegaron a Loche, a la que llamaron así porque ahí estaba muy tupido el monte.
El 11 de julio salieron para Tizimín, pasaron por Kikil y llegaron a Box che´en (Pozo Negro), lo que ahora conocemos como la Plazoleta de los Penotes. Ahí habían tres bocas cada una de 2.5 a 3 metros de ancho, una de ellas tenía una noria de la cual los indígenas se abastecían de agua.
Describieron a Tizimín como un pueblo de mediana vecindad. Todo lo que había en el centro eran casas de madera y palma de guano. El 11 de julio a las 17:00 horas en la calle 50 con 51 una lluvia torrencial los obligó a entrar a un mesón para resguardarse y posteriormente llegaron al convento donde existía mucha arquería tanto en su primer claustro y como en el segundo, así como en sus exteriores.
Los recibieron cuatro frailes, junto con los indígenas en un ambiente de música, cantos y les obsequiaron frutas.
Señalaron que contaba con dos enramadas, estructuras de guano sostenidas por postes de zapote y que median aproximadamente 12 a 15 metros de largo y como 20 metros de altura.
La primera misa de fray Alonzo Ponce la realizó el 12 de julio.
Al escribir todo lo que veían, señalaron siete ranchos que les llamaban estancias de vacas, con ganado que se trajo por primera vez en 1543 en la primera remesa desde Campeche, pues Tizimín tenía todo para desarrollar la actividad ganadera.
En el claustro bajo se enseñaba a leer, escribir matemáticas, tallado de madera y piedra, también ahí se ubicaba la cocina, el parque Juárez era un huerto de la iglesia que se prolongaba hasta el callejón de las combis, donde se podían encontrar guayabas, limones, naranjas, mangos, piña, aguacates, entre otras frutas, aunque recalcaron que se producía mucho chile y un algodón muy fino del cual se hacían mantas y también se producía cacao en las rejolladas.
Plasmaron que en el exterior del convento sobre la calle 48 se contaba con 10 arcos y otra noria en lo que hoy conocemos como el Chemulpo. Se menciona que en 1900 le bajaron su nivel al piso de la calle 51 que era de pura piedra. En ese entonces no tenían las personas que subir escaleras para ingresar al exConvento.
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LV