La invasión de vehículos motorizados de turistas que circulan a escasos metros de la playa y la presencia de perros callejeros han activado las alarmas en estatemporada de anidación de tortugas marinasal quedar desprotegidas.
Las dunas de Chuburná es uno de los sitios donde se puede apreciar a cualquier hora del día a vehículos que no respetan los límites hasta donde pueden circular. A ello hay que añadir que las cintas amarillas y letreros de advertencia están en condiciones deplorables.
Además de voluntarios que participan en la protección de las tortugas marinas en la zona costera, integrantes del Comité Náutico de Chuburná mantienen vigilancia constante en esta época del año es de mayor cuidado por el arribo constante de quelonios.
El 26 de junio pasado denunciaron que unos camiones invadieron la playa de Chuburná e intentaron llevarse toneladas de arena. Esto sin previo aviso y sin mencionar a dónde sería dirigido el cargamento que al final se dejó ante la tensión del operativo de la Policía.
Respecto a los vehículos que no respetan el área delimitada, desde el inicio de la época de depósito de huevos se supo que se envió el reporte a la Policía Ecológica, organismo que puede retener las placas y canalizar a las instancias federales que tienen la facultad de aplicar fuertes multas.
En la temporada de depósito de huevecillos de 2021, varios vehículos motorizados entraron a las dunas los fines de semana de julio, por lo que el Grupo Partmacy, en ese entonces comandado por Juan Lara Martínez, colocó varios letreros y dejó una cuadrilla de voluntarios de vigilancia.
Para este tipo de faltas existe la Norma Oficial Mexicana NOM-162-Semarnat-2012, que establece las especificaciones para la protección, recuperación y manejo de las poblaciones de las tortugas marinas en su hábitat durante la temporada de anidación.
Ese mismo año, en Telchac la SSP y voluntarios implementaron un operativo, pues además del problema de los vehículos motorizados, había individuos que merodeaban en la playa y cometían vandalismo con estas especies.
El artículo 420 del Código Penal Federal menciona que se impondrá de uno a nueve años de prisión y una multa que va de los 300 a los 3 mil días de salario mínimo vigente a quien violente o almacene los productos (como son los huevos) y subproductos de tortugas marinas, y se aplicará una pena adicional de tres años o a nueve años de cárcel y hasta mil días de multa adicionales a quienes realicen estas actividades en un área natural protegida.
En este 2023, cinco ejemplares han llegado al campamento tortuguero para ser atendidos. La última liberación fue apenas a mitad de la semana pasada, con una tortuga de carey que casi superaba los 100 kilos.
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GC