Alrededor de 3 mil hombres de mar de Progreso, Yucatán, y foráneos auguran que, debido a los cierres de puertos a causa del mal tiempo por el Huracán Idalia, podría haber una debacle económica por segundo año consecutivo y en pleno arranque de la fiebre del pulpo, lapso que representa la última oportunidad para obtener ingresos, luego de una desfavorable temporada de mero.
Desde que inició la captura del octópodo han sido un par de ocasiones en las que la Capitanía General de Puertos ha cerrado la navegación menor debido a los efectos que trae el Huracán Idalia a pesar de su lejanía,
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La última orden fue emitida el pasado domingo y el rotativo cayó como balde de agua fría para los pescadores, ya que como se sabe los cargamentos en cada jornada han sido de entre 10 a 15 kilos para cada marinero, mientras que el precio del octópodo aún no llega a los 100 pesos.
“Si la tormenta sigue generando problemas en el Golfo de México nos va a meter en un bache económico, los pescadores desde hace décadas viven al día. Es bien sabido que tenemos deudas desde abril cuando arrancó la pesca del mero”, declaró el hombre de mar Ramón Dzib.
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Cabe mencionar que la mayoría de la flota, con la pesca de pulpo, pretende saldar deudas de quienes no formaron parte del listado de apoyos estatales y federales durante los tiempos de veda.
“Ahorita sobre todo fue crucial la entrada de dinero y varios tuvimos que llevar a cabo la pesca por la mañana y trabajos en otros ámbitos durante la tarde o noche, ya que nos ahogaron los gastos de nuestros hijos por la entrada a la escuela. Varios titulares de las cooperativas realizan donaciones para que los niños vayan equipados a sus clases, pero no en todos los grupos ocurre eso, yo soy independiente y me cuesta mucho salir adelante”, constató el pescador Elías García.
Se niegan a dejar morir la pesca en Progreso
En días pasados, funcionarios de distintos niveles declararon que, tras varios años en condiciones pésimas y resultados por debajo de lo esperado, es necesario que los hombres de mar comiencen a tomar alternativas y mantengan la pesca como una actividad secundaria.
El ejemplo más claro de esta modalidad se encuentra en el puerto de Chuburná, donde los paseos en lancha rumbo a diversas atracciones han causado que más de la mitad de los marineros abandonen la captura de especies para embarcarse con paseantes de distintos lugares. Los resultados han favorecido a quienes emigraron al turismo, pues ganan en promedio de 3 a 4 mil pesos quincenales en temporada de vacaciones
Sin embargo, debido a que persiste una tradición de más de un siglo en el rubro pesquero, varios hombres se rehúsan a adoptar otros trabajos, sobre todo quienes integran las flotas de navegación mayor, pues se considera sostenible trabajar a lo largo de 20 días a cambio de anticipos y ganancias que ayudan a generar hasta 20 mil pesos para el sustento familiar.
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GC