En la comisaría de San José Tzacalá ya no recuerdan el rostro de Renán Barrera Concha: no aparece por allá desde que hizo campaña electoral para reelegirse. Además, tiene una cuenta pendiente con la población: la bomba de agua potable que fue solicitada desde el 2018.
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Asimismo, vecinos se quejan de estar incomunicados, pues niinternet llega a este lugar que dista a una hora de Mérida. La falta de tecnología impide conectar sus teléfonos celulares y llamar a la ambulancia en caso de alguna emergencia.
“Aquí te puedes estar muriendo y ninguna ambulancia puede llegar”, dijo Andrea Sulub May, quien nació y creció en esa pequeña comisaría de poco más de 600 habitantes.
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En el pasado, Tzacalá fue una próspera hacienda henequenera. Había trabajo para todos, nadie tenía que salir de la comisaría, pero hoy pocos son los que permanecen durante la semana en sus hogares, pues tienen que ir a Mérida a “ganarse la vida”.
Sulub May, por ejemplo, limpia casas en la ciudad y tiene que trasladarse todos los días hasta la capital a través del camión. “No hay señal de internet, no puede venir Uber o cualquier otra plataforma de esas modernas”, añadió.
Pero aún, cuando se trata de un enfermo, ni las ambulancias llegan. Aunque tienen primaria y telesecundaria, la actividad favorita de los fines de semana es el alcohol. Ella tiene dos niñas adolescentes que, ante la falta de conexión a internet, se conforman con escuchar música en sus celulares.
Sufren por agua
Bajo los frondosos laureles del parque, el excomisario Armando Yam Chan y su amigo Ramiro Itzá Nájera, toman el fresco. Yam Chan recordó que cuando fue comisario pidió una bomba para extraer agua del pozo, pero hasta ahora nadie atiende el llamado.
De hecho, aseguró que Renán Barrera no se asoma por Tzacalá. Sólo apareció por allá cuando pidió el voto para reelegirse y fue cuando le recordaron que urge una bomba nueva.
Cuando falla la extracción, la población sufre bastante. El costo que paga es comprar litros y litros de agua embotellada que tiene un precio de 13 pesos el rellenable y 35 el de una conocida empresa.
Para intentar quedar bien con la población, el Ayuntamiento “raspó algunas calles” para repavimentarlas. Sin embargo, tanto Yam Chan como Ytzá Nájera aseguraron que la mayor necesidad de la población es el agua.
También refirieron que la incomunicación de Tzacalá es impresionante ante la modernidad actual, donde la tecnología llega a todos los rincones, pero menos en esta comunidad que dista a una hora o poco más de la capital.
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LV