Se desarrolló la tradicional bajada de las imágenes de los Tres Santos Reyes en el contexto litúrgico de la misa en la memoria de San Ignacio de Antioquía Marroquín y tomando su ejemplo para hacer de la vida de la feligresía una ofrenda cotidiana, incluso si llegara a darse el caso del testimonio supremo (la muerte).
Esta es la segunda bajada del año de las imágenes de Gaspar, Melchor y Baltazar y como es costumbre arraigada siempre se vincula al ciclo de la agricultura para dar gracias por las cosechas obtenidas; sin embargo, se hizo énfasis en que ha ido adquiriendo motivos e intenciones diversas con el paso de los años y en esta ocasión se vivirá esta experiencia en el contexto del Plan de Pastoral que los invita a salir al encuentro de los más alejados, lo que incluye la visita de los patronos a las comunidades más distantes.
Las sagradas efigies fueron bajadas de sus nichos de manos del Párroco Pedro Echeverría López y del Vicario, Ernesto Navarrete, otros custodios las recibían y se encargaban de hacer un breve recorrido por los pasillos de la iglesia, mientras la multitudinaria congregación de creyentes los aplaudía y emitía cánticos llenos de gozo por esta solemnidad hasta ser depositados al costado derecho del altar mayor donde permanecerán al alcance de los creyentes para su veneración hasta el próximo 29 de octubre, fecha en que de nuevo retornarán a sus nichos.
Se hicieron presentes más de 800 personas que abarrotaron el Santuario; en su homilía el Párroco expuso que esta es una llamada a que participen juntos en el banquete del Señor, también explicó que los ayes de Jesús son el polo opuesto a las bienaventuranzas que reflejan profunda tristeza por la ceguera de aquel que ha rechazado el amor, que son lamentos como el de Jesús dirigido a los que persiguen, intentan silenciar o matan a profetas que se mantienen firmes a la verdad, la justicia, el amor y la paz.
Destacó que el contraste entre los ayes y las bienaventuranzas se hacen más evidentes en la frase “Dichosos los perseguidos porque hacen la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos” esto señaló que es en alusión a San Ignacio, pues en Antioquía donde él se encontraba impusieron una serie de celebraciones que invitaban a ofrecer sacrificios a las deidades imperiales, a lo cual no accedió y fue sentenciado siendo trasladado a Roma para ser puesto en medio de un circo para ser devorado por las fieras.
Relató que a lo largo de su camino la gente salía a manifestarle su cariño, devoción oraciones y lamentos y que durante el trayecto escribió siete cartas entre las cuales resaltó aquella donde dejó plasmado “no muestren ante mí una benevolencia inoportuna, déjenme que sea entregado a las fieras, puesto que por ellas puedo llegar a Dios, soy cultivo de él, quiero ser molido por los dientes de las fieras para llegar a ser pan limpio de Cristo.
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Expresó que esta es la auténtica espiritualidad eucarística, pues quien participa y celebra que Jesús se ofrece por todos al salir de la misa también está llamado a ofrecer la propia vida aunque sea en pequeños detalles cotidianos del cumplimiento del deber, por lo que puntualizó que la eucaristía es ofrenda.
Señaló que la participación en estos eventos manteniendo elementos de tradiciones, de costumbres y teniendo signos vinculados a la liturgia son la piedad popular o expresiones que nacen del corazón de los creyentes no necesariamente ligados a la liturgia oficial de la iglesia, pero sí motivo de respeto que expresan lo profundo que hay en el corazón de la gente sencilla del pueblo.
Se recalcó que esta bajada de los Santos Patronos ya no se centran únicamente en lo agrícola de 15 a 20 años atrás, por lo que también se ha considerado desarrollar durante esta etapa lo que se le denomina la Fiesta de los Santos Reyes específicamente para la comunidad católica de esta ciudad porque en la feria anual de enero se le da prioridad a los peregrinos para visitarlos y venerarlos.
Esta fiesta incluirá en los próximos días las visitas de las imágenes pequeñas de los Reyes Magos a los núcleos y a las comisarías como signo de que caminan como buscadores de la verdad, como hombres de ciencia que la encuentran en Jesús y en alusión a seguir su ejemplo.