Trabajadores del sector pesquero aseguran que aun con la extensión que se dio para la temporada de captura de pulpo, la naturaleza va a su propio ritmo y la mayoría de estos animales ya se han ocultado para comenzar con la temporada de anidamiento, lo que significa que no volverán a salir de sus cuevas hasta dentro de varios meses.
Debido a la temporada de reproducción de la especie, en la costa de Progreso se puede observar cómo poco a poco los pescadores ribereños comienzan el abandono de las artes de pesca del pulpo, dado que las artes tradicionales de caza ya no dan los mismos resultados debido a su resguardo en el fondo del mar.
De acuerdo con Antonio Chan, pescador de Chicxulub Puerto: “La pulpeada podría considerarse básicamente cerrada a pesar de la ampliación que se hizo en el plazo de captura para su conclusión oficial, debido a las condiciones climáticas y su periodo natural de reproducción; difícilmente el molusco podra seguir siendo explotado por las técnicas locales de captura”, explicó.
Los pescadores señalaron que si bien la temporada del mero aún continua hasta el 1 de febrero, la realidad es que al igual que el pulpo, la pesca de esta especie de escama se encuentra en malas condiciones, principalmente debido a los problemas de sobreexplotación que ha vivido por años, por lo que ahora el sector debe concentrar sus esfuerzos en recurrir a otro tipo de peces, para poder continuar trabajando, subsistir económicamente y mantenerse activos en el mar.
De esta manera, una de las opciones que han surgido dentro del sector a partir de esta situación es la captura y comercialización del róbalo, el cual, aunque conlleva practicar la pesca nocturna, su valor se mantiene actualmente un precio estable entre los 120 y los 150 pesos por kilogramo.
Sin embargo, señalaron que las especies alternativas que se encuentran en las costas, al no ser tan valoradas no son bien remuneradas, situación que limita la actividad y ejerce mucha presión sobre las especies más comerciales cuyas poblaciones se ven mermadas.