El ingreso de la fibra sisal, proveniente de Brasil, al país continúa dándole golpes fuertes a los parcelarios del Estado.
En la zona henequenera del Litoral Norte, campesinos señalaron que están desesperados por el bajo valor que las desfibradoras les pagan el producto, debido al poco mercado que hay en la Entidad.
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Leopoldo Chi Concha, parcelario, señaló que actualmente son contadas las desfibradoras que están adquiriendo el producto, pero que tardan meses en pagarles a un precio bastante bajo, pues actualmente el kilo ronda entre los 16 y 18 pesos, comparado con los 21 pesos que era lo máximo que se comercializaba meses atrás antes de que dicha materia prima de Brasil comenzara a darles puntilla.
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La última vez que este hombre de campo realizó el corte de las hojas, dijo que fue en noviembre y apenas el mes pasado le pagaron.
Aseguró que han existido casos en donde sus colegas no ven las ganancias hasta luego de cuatro meses de haber entregado el producto a las desfibradoras. “No hay mercado, yo lo llevé en la José María Morelos, por Motul, pero me dijeron que tardaría en comercializarse y si no lo cortaba se iba a perder la producción”, dijo Chi Concha.
El henequenero señaló que en la localidad existen alrededor de 25 parcelarios que enfrentan el mismo problema al igual que los municipios de Dzemul, Sinanché, Baca, Conkal, Motul y otros del centro que están en plena desesperación por el bajo valor y el nulo mercado que tiene desde que la fibra brasileña comenzó a tomar poder más que Oro Verde yucateco.
Como el POR ESTO!, informó en ediciones pasadas, hombres de campo de Motul realizaron la entrega de una carta al Presidente de la República durante su visita al Pueblo Mágico en el mes de enero, en donde pedían ser escuchados sobre la problemática que llevan atravesando desde agosto del año pasado con el cierre de al menos 15 desfibradoras, dejando afectados a más de 15 mil campesinos del Litoral Centro, Centro y Oriente del Estado.
Se estima que en Yucatán existen alrededor de 15 mil hectáreas de henequén plantado en más de 40 municipios.
Leopoldo apuntó que varios de sus colegas, incluso él, no han cortado las hojas de la planta, pues al no haber mercado se quedaron de brazos cruzados al no saber qué hacer antes de que se pierda la producción de este agave. “No sabemos si cortarlo o dejarlo, lo más que pagan el kilo es a 16 pesos, pero probablemente nos paguen en dos o tres meses, o pueda que hasta más”.
Reveló que meses atrás entregaba cada cuatro meses una cantidad de 80 mil hojas para comercializar, y que el último corte se hizo en noviembre, cuando dieron una cantidad de 24 mil hojas. “Antes más de 80 mil hojas entregaba, ahora ya no, es poco. Además de que la producción bajó desde que se quemó el plantel hace unos años, pero hay crisis, mucha hoja se va a perder”, alegó Leopoldo.
Por esta razón, es que piden la intervención de AMLO para que pueda poner un arancel a la fibra de dicho país y se busque un mercado para el agave yucateco.
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NM