A pesar de que se ha registrado una generosa derrama económica en el puerto de Chuburná, debido a los turistas que acuden al embarcadero en busca de algún servicio, este lunes se llevó a cabo una junta por vía del comité náutico.
En ella se acordaron diversas situaciones para buscar la paz en el sitio de atraque, luego de los problemas que han derivado entre los integrantes de este grupo de hombres de mar y un trabajador del turismo originario de Mérida: que fue castigado al presuntamente quebrantar parte del reglamento interno.
La situación se agravó la semana pasada, cuando ante diversos medios de comunicación, el residente foráneo J.S.M. declaró que fue víctima de un supuesto sabotaje para evitar que pueda trabajar mediante los viajes en lanchas que dispone junto con familiares y un pescador oriundo de Chuburná.
Estos hechos causaron que en la zona de atraque persistieran los enfrentamientos verbales entre los pescadores de la comisaría y el equipo de trabajo. Lo que más repercutió fueron los comentarios negativos de los bañistas, quienes hicieron de testigos en estos cruzamientos.
Por estos motivos, cerca de cien hombres de mar se reunieron en la “Casa Ejidal” de Chuburná para discutir acerca de dicha demanda. Para afrontar esta situación, asistió Manuel P. M., un pescador nato de la localidad que empezó a realizar viajes en lancha turísticos con el grupo de trabajo del residente capitalino del estado.
La discusión en altos tonos de voz fue inevitable entre este asistente y el titular del comité náutico Daniel Pool C., ya que se buscó llegar a un acuerdo en el que retorne la paz al embarcadero; sin embargo ante la falta de una solución, se tuvo que buscar la ayuda legal para que los prestadores de servicio foráneos puedan ingresar al sitio de manera definitiva.
“Le pedimos al compañero que se eviten más enfrentamientos en la zona de atraque y por medio de su denuncia, esto para que pueda trabajar sin problemas con los compañeros pescadores. No cedió a quitar la demanda, pues quiere que se le repare el daño que supuestamente le hicieron otros prestadores de servicio. Nos dijeron que estos llegará hasta las últimas consecuencias, dejando más tensión en todo el gremio”, dijo.
El entrevistado explicó que parte de la molestia con el residente meridano J.S.M. es que su expulsión del embarcadero fue porque no siguió varias reglas que se le exigían como a cualquier lanchero. Como se sabe, la zona de atraque de lanchas ribereñas en Chuburná tienen la administración y seguridad del comité náutico.
“Hubo otras situaciones. Como por ejemplo que a esta persona se le dio la oportunidad de trabajar pero quiso ser dueño de las palapas para concesionar el lugar, algo que no se puede hacer porque estamos en una zona federal y regulada por autoridades diversas”, agregó.
Por su parte, Daniel Cámara, abogado del despacho “Pedro Figueroa” explicó que derivado de estas problemáticas, se llevará cabo una recolección de firmas: donde se espera contar con los quinientos integrantes del comité náutico. Todos ellos, han puntualizado a su líder pesquero, que se sienten perjudicados.
“Estaremos llevando a cabo un proceso en el que por medio de esa recolección de firmas, a las personas con las que se tienen los problemas se les designe como personas no gratas a fin de que no puedan laborar en el centro de trabajo que en este caso, es el puerto de abrigo de la comisaría. Se busca una fuerza legal por medio de un notario público”, manifestó.
El jurídico estableció que al comité náutico se le otorgaría una copia de esta posible aprobación para que en caso de que vuelva a tener un enfrentamiento, puedan ampararse con este documento y evitar de esta manera alguna situación de riesgo.
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FAR