Luego de que en marzo las cosas se pusieran color de hormiga en la comisaría de Chelem, trascendió la queja de varios pobladores de la zona costera en contra de residentes foráneos por los espolones que se construyeron durante las vacaciones que apenas concluyeron el fin de semana pasado.
En dicha localidad, se argumenta que es necesario retirar el muelle de concreto que se visualiza en una de las entradas y que fue hecho por un habitante foráneo, del cual hasta el momento se desconoce su identidad y procedencia.
Las fotografías se han hecho virales a través de las redes y han desatado controversia, pues la fabricación de estas estructuras no es un tema nuevo en sitios como la comisaría mencionada, pues suele haber varios espolones ilegales en toda la zona costera.
En Chuburná se cuenta con un Comité Náutico, que mediante recorridos suele ubicar este tipo de situaciones y turnarlas ante las instancias reguladoras federales, como es el caso de la Profepa y la Semarnat, entre otros.
Archivos de esta corresponsalía dictan que el punto de mayor erosión está entre el extremo Oriente de Progreso y Chicxulub Puerto, esto a pesar de que se han tenido varias iniciativas gubernamentales para mitigar el problema.
Destaca que fuera del asunto de la erosión, también se han presentado situaciones fuera del ámbito de la naturaleza, exclusivamente en Chelem Puerto, pues como se dio a conocer a través de este medio, a finales del mes de marzo hubo varios acalorados encuentros entre trabajadores de la playa y una residente de origen ruso.
Antecedentes
El tema relacionado con los espolones y la remoción de arena no es nuevo para el puerto, así como también para las instancias federales y estatales, pues se han llevado a cabo varias iniciativas para erradicar este problema que suele estar presente de las dunas de Chuburná hasta Chicxulub Puerto.
En el año 2018, a fin de poder tener una recuperación de playas, se colocaron en el extremo Oriente de la ciudad tres tubos de tela (geotubos), de un total de 19, a fin de obtener hasta 650 metros de playa en el área conocida por la población porteña como El Jacalón. La inversión fue de 1.5 millones de pesos por parte de 24 vecinos de la zona.
De acuerdo con el poblador Paúl Recio, los resultados no fueron favorecedores, ya que contrario a lo que se esperaba se ha incrementado el problema de la erosión que amerita resolverse antes de que la playa siga quedándose sin espacio, pues asegura que hace dos años se contaba con siete metros de espacio entre construcciones y el mar. Pero el año pasado apenas fue de tres.
Ese mismo año, el Gobierno del Estado invirtió 50 millones de pesos en la rehabilitación de playas de Yucalpetén a Chelem en una franja de 7.4 kilómetros para recuperar hasta 25 metros de playa.
Al siguiente año, fue notable que en el mes de agosto se tuvieron trabajos de trasvase de arena, también conocidos como bypass, esto en los puertos Chuburná y Telchac, con lo que se buscaba también recuperar las playas, así como para frenar y revertir la erosión de estas zonas.
Dicho proceso consistió en la colocación de infraestructura para el traspaso de arena que fomenta su paso natural a fin de recuperar espacio de playa. A la vez, estos trabajos permitieron a varios hombres de mar contar con un lugar seguro para el resguardo de embarcaciones.
El año 2021 y su reapertura para la actividad en la playa tuvo como antecedente el retiro más de 270 espolones ilegales en más de 40 kilómetros de la costa que erosionaban las playas y afectaron a los propietarios de predios veraniegos. La puesta en marcha fue conocida mediante el Programa Conservación y Manejo Integral de las Zonas Costeras.
Previo a los trabajos, con el apoyo de especialistas del Laboratorio Nacional de Resiliencia Costera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se realizaron sobrevuelos y visitas técnicas en diversos puntos del litoral costero, identificándose, de manera preliminar, 272 espolones ilegales en un área que abarca desde Dzilam de Bravo hasta Sisal.
De acuerdo con especialistas, el problema de la erosión es necesario que se atienda, pues cuando menos existen más de 70 especies de plantas que sobreviven en la duna costera de la Península de Yucatán, siendo el segundo lugar con mayor número de especies endémicas de la flora costera de México, sólo superada por Baja California.
Además, provee refugio, alimento y protección a numerosas especies de insectos, reptiles, aves y mamíferos; su función más relevante es comportarse como barrera contra vientos y mareas, así como para detener tormentas tropicales y huracanes.
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