Yucatán

El Porqué de Don Mario Renato Menéndez Rodríguez, Fundador de Por Esto!

En febrero de 1968, con la publicación del editorial del primer número de Por qué?, Mario Renato Menéndez Rodríguez hizo pública la más explícita declaración de principios que se recuerde en su carrera: un compromiso con su lector
Fue el 28 de febrero 1968 cuando se tiró la primera edición de Por qué? / Por Esto!

En dos meses, tras su salida de la Revista Sucesos para Todos, Mario Renato Menéndez tenía en circulación una revista, con todo un equipo de profesionales -algunos que le siguieron de la anterior redacción- listos para, literalmente, dar la batalla por la libertad de expresión.

Era ya 1968, el 28 de febrero, cuando se tiró la primera edición de Por qué?, el nuevo semanario que acaparó enseguida la atención del lector, su preferencia, y la “fina” observancia del Gobierno que es común hacia los medios de comunicación. Más para los no afines.

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Bajo la dirección de Menéndez Rodriguez se sumaron Ricardo Capetillo como Subdirector; su hermano Roger Menéndez, (inseparable) en la Jefatura de Redacción; Manuel Isla, secretario de Redacción y Rogelio Naranjo como Director Artístico.

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Emilio Abdala (AB), Helio Flores, Leonardo Vadillo y Eduardo del Río (RIUS) formaron el cuerpo de caricaturistas de la naciente publicación; en tanto que con sus lentes contribuyeron los Hermanos Mayo, Raúl Anaya, José Báez, Francisco/Beverido, Héctor García, Nacho López, Alice Reiner Golding y Oscar Menéndez.

Con sus plumas contribuyeron, en el inicio de la edición catorcenal, más de 30  prestigiados colaboradores, mexicanos y extranjeros. Este era el “ejército” real de Mario Renato Menéndez a principios de 1968, con el que emprendió lo que fue otra de sus grandes historias de vida entregada al periodismo. Pasada por la Noche de Tlatelolco, una bomba, la cárcel, la guerrilla mexicana, el rescate, el exilio y el polémico retorno a la patria.

La portada de apertura llevó como tema principal un texto del propio Director titulado “Yucatán: ¿separatista?”. Ese fue el primer cabezal acompañado con una serie de ilustraciones de personas que exclamaban ¡Qué! ¡Pos qué! ¿Quiubo?. Expresiones cotidianas que se escuchan en cualquier lado de México.

Temas “duros” como la formación de un nuevo grupo político por parte del tabasqueño Carlos A. Madrazo, el “grave problema de la carne en el Distrito Federal (ahora CDMX), la Hacienda Pública de México en el camino del déficit y una ?? interesante selección de cartones (casi historietas de RIUS y otros de los caricaturistas; abrió la era de Por qué?

Una era en la que se reveló ampliamente Mario Menéndez como un editor completo, con una publicación con contenido “ligero”, guardando la calidad periodística que gustaba dar. Con exclusivas, por ejemplo. Una entrevista con el actor Anthony Quinn, realizada por el reportero Enrique Gómez Vadillo, resulta sorprendente en ese número.

También se leyó en esas páginas de tauromaquia y consejos para la mujer, sin dejar pasar un análisis previo a la entrega del Óscar, del colaborador Jean Tarcise.

Pero, ¿cuál era la razón de ser de esta nueva publicación?

EL MANIFIESTO

La editorial del primer número de la revista Por qué?, del 28 de febrero de 1968, más que la presentación de una nueva publicación, fue de Mario Renato Menéndez Rodríguez una reflexión profunda sobre el periodismo. Fue la declaración de principios que regirían al naciente medio de comunicación y el compromiso de aquellos que lo ejercieron desde sus páginas, comandados por él periodista yucateco que cumplía una de las misiones más difíciles en México, específicamente en la capital: emprender en la industria periodística..

Cuando Por qué? vio la luz, su Director dejó claro que el nombre no era una simple ocurrencia o casualidad de la jerga periodística y el principio básico de la curiosidad. Su texto editorial que sirvió de presentación destacó la importancia de la pregunta "¿Por qué?" en el periodismo moderno.

Menéndez Rodríguez detalló en aquel memorable texto para su lector, que esta pregunta es fundamental para comprender la causa, el origen y el motivo de los acontecimientos que ocurren en el mundo. Esta elección del nombre de la revista no fue una casualidad, sino que sirvió para reflejar el propósito de indagar y buscar la verdad detrás de cada situación.

Además, el texto subrayó la aspiración que guardaba la revista -y su Director- de ser diferente, de destacarse entre las demás publicaciones. No se trataba de competir con otros medios por la primicia o la espectacularidad, sino de ofrecer una perspectiva única y reflexiva sobre los temas de interés para el público; directriz -grosso modo- de la carrera de Mario Renato Menéndez.

Ese texto de febrero de 1968, en la primera publicación de su propiedad, puso de manifiesto que la originalidad no se busca en la extravagancia sino en el compromiso con la calidad y la profundidad en el tratamiento de las noticias.

Mario Renato Menéndez fue un periodista vanguardista en México, lo cual muestra aquella editorial que también hace referencia a la influencia del periodismo estadounidense y la necesidad de mantener los matices propios del periodismo en español.

Aunque reconocía la importancia de la técnica y la innovación, enfatizaba la importancia de conservar la identidad y la singularidad en el ejercicio periodístico; estableciendo así un compromiso con la autenticidad y la integridad en la labor informativa.

Desde el primer momento impuso el compromiso ético de la revista. Mencionó la importancia de abordar los problemas nacionales con objetividad y justicia, sin caer en la adulación o el partidismo. Privilegió la búsqueda de la verdad y el bien público como principios rectores en la cobertura de noticias y la reflexión sobre temas de interés nacional.

Ese texto que hoy se revive para las generaciones del Siglo XXI, invitaba al lector a hacer de la revista "¿Por Qué?" su propia publicación, comprometerse con su lectura y a participar activamente en la búsqueda de respuestas a las preguntas que surgen en la sociedad.

Esa invitación reflejó un deseo muy especial de Mario Renato Menéndez: establecer un vínculo cercano con el público y de trabajar en colaboración para enriquecer el debate público y promover un mayor entendimiento de los acontecimientos.

En conclusión, su escrito fue mucho más que una editorial, fue un manifiesto sobre los valores y principios que guiaron el periodismo responsable y comprometido con la verdad, la justicia y el bien público de Don Mario. Fue un llamado a la reflexión y la acción, a no conformarse con respuestas superficiales, sino a indagar y cuestionar constantemente el mundo que nos rodea.

¿POR QUÉ?

Editorial Revista Por Qué?

28 de febrero de 1968

Escrita por Mario Renato Menéndez Rodríguez

Monterrey número 70, colonia Roma; Ciudad de México

Todos los lectores saben que esta pregunta -Por qué?- es una de las más importantes de la media docena de interrogaciones que forman la anchurosa base en que descansa el periodismo moderno. Sus hermanas inseparables qué, quién, cuándo, dónde, cómo; inician, ubican y definen lo que al público interesa saber, pero quizá ninguna de ellas sea tan fundamentalmente periodística como esa que quiere la causa, el origen, el motivo, la razón de todo lo que sucede u ocurre: por qué.

Pues por eso se denomina así, lector, la nueva revista que tiene ante los ojos, y entre las manos. Una revista que aparecerá cada catorce días y que, como su nombre indica o sugiere, aspira a ser distinta, diferente de las demás. No se atribuya el propósito, a vana y jactanciosa pretensión. Tampoco ha de suponerse que imaginemos con torpeza ser más hábiles o conocedores que competentísimos colegas. No. Sencillamente pensamos que acaso la verdadera originalidad consiste en que cada quien se entregue su tarea con el afán de superarse cada día.

Pero ese mejoramiento, esa superación ha buscarse -también lo creemos sinceramente así- en comunicar a nuestra obra, lo que demás personal haya en nosotros mismos, lo que nos identifica en la vida de relación por nuestra manera de ser, de pensar y de actuar. Si se apurase el símil un poco más, diríamos que hasta por nuestro modo de caminar, de accionar, de conversar…

Claro que hay coincidencias y parecidos, y de aquí nacen los lugares comunes: "Soy de la misma opinión", o "Usted me recuerda a Fulano de Tal". Y, sin embargo, siempre habrá o hay, hasta en las coincidencias más felices y los pareceres más afortunados, un ángulo, un aspecto, un punto de vista, un detalle que, en el más somero análisis, disocie esas coincidencias y esos parecidos. Sí, ese algo inconfundible es el factor que define, diferencia o sella lo que hay en los demás y en nosotros de verdadera personalidad, vale decir, de originalidad.

Del modo expuesto pretende esta revista, sin agraviar a las demás, ser distinta, ser diferente de las otras y, sin embargo, no apartarse de lo que por esencia es o se considera una revista que aparecerá cada catorce días, los miércoles.

Recordemos la definición que se atribuye a Mariano de Cavia:

"Es el término medio entre lo efímero del periódico diario y lo duradero del libro ya empastado."

Pero Norteamérica, que con legitimidad indiscutible ostenta el título de campeón del gigantismo, hace mucho tiempo que dejó atrás la definición atribuída al gran periodista hispano. Nadie ignora que en los Estados Unidos las ediciones dominicales de los grandes periódicos han empequeñecido al libro, pues parecen verdaderas enciclopedias. Y para nadie es un secreto tampoco que nuestros diarios capitalinos y hasta los más importantes de provincia siguen los pasos de aquellos gigantes del periodismo contemporáneo.

De allí que sea muy de tomarse en cuenta la definición personal de Mr. Ochs, por muchos años cerebro y director de The New York Times: "Una revista es lo más parecido al suplemento dominical de un gran diario moderno." El hombre habituado a la lectura de diarios y revistas podría confirmar esa opinión del notable periodista yanqui en la gran prensa del país vecino y en buena parte de la nuestra.

Pero por más que las revistas hispanoamericanas sigan la pauta señalada por Norteamérica, lo que fundamentalmente distingue al periodismo de nuestro idioma es que conserva aún, pese a la indiscutible y saludable influencia de la técnica yanqui, los matices propios de cada género. De esta suerte y por más que nos acerquemos a la uniformidad de lo fabricado en serie por nuestros vecinos, el lector encontrar siempre: en el diario, lo que de más apremiante y volander hay en el trajín de la vida cotidiana; y en la revista, el cautivador mosaico de las cosas que han de verse con más calma demandan una lectura reflexiva y, por eso mismo, una dosis mayor de atención. "Es cuestión de raza, de temperamento decía, en "Cosas del Tío Sam", el ya un poco olvidado Querido Moheno.

"¿Por qué?" aspira, sin dejar de lado lo que técnicamente implique adelanto físico en la presentación de la revista, a ser entrañablemente mexicana dentro de su género inevitablemente universal. Dicho de otra manera: sin perder el paso del dinamismo de nuestro tiempo, cada catorce días hará un alto en el camino para clavar los ojos en el panorama de México con la mayor objetividad. Enfocará los problemas nacio nales sin frases adulatorias para cómitres y sayones, sin vestiduras políticas que cubran mercenariamente la lepra de sectarismos interesados que traicionan el Bien Público, y sin olvidar como dijo el clásico, que "el dolor de los humildes está más cerca de Dios"'. Sólo una brújula ha de guiar a

"¿Por qué?": la Verdad; su bandera será la Justicia, y su anhelo más ferviente: el progreso constante de la Patria.

Dentro de la sencillez y austeridad de ese programa —ni malandrines ni follones lograrán apartarnos del cumplimiento del deber—, hay múltiples aspectos de la vida en que la revista puede servir agradablemente al público, sin recurrir a tácticas reprobadas por inmorales ni a lecturas que envenenan el alma de la juventud. Siempre estaremos dispuestos a demostrar que puede hacerse un periodismo limpio, interesante y ameno sin caer en la candidez de las ñoñerías y, menos aún, en el escándalo de la impudicia ni en los convencionalismos absurdos de cerrar los ojos a la realidad.

"Por qué?" aspira a formular esta pregunta delante de todas las cuestiones que interesen al público en lo universal, en lo nacional y en lo estadual, lo mismo en el pasado que en el presente, igual en la evocación histórica que en lo por venir inmediato, sin descuidar por eso todo lo que lícitamente hace amable la vida en el aurea mediocritas de los horacianos.

Más concreta y precisamente: "Por qué?" aspira a convertirse en tu revista, lector; tuya, porque la busques con mayor interés en cada número, y tuya, porque dé cumplida respuesta a todos tus ¿por qués? Puedes tener la seguridad de que por conseguir este objetivo, multiplicaremos nuestros esfuerzos y no hemos de cejar en el empeño!

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