Afectaciones derivadas por asentamientos poblacionales en la ciénaga, la poda en la costa para edificar complejos habitacionales y la contaminación en el puerto han contribuido a que se siga perdiendo el mangle. Fuentes de la unidad de Mérida del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) establecen que anualmente, en Yucatán se degradan hasta 100 hectáreas de estas áreas.
El mangle es un tipo de humedal y, de acuerdo con los datos, en país hay poco más de 500 mil hectáreas de este tipo de espacios, de los cuales más de 3 mil se encuentran en este municipio.
Una zona de focos rojos en los 370 kilómetros de humedales costeros de Yucatán se localiza en el tramo que va de Chicxulub a Telchac, donde hay una invasión de 10 kilómetros por parte de residentes extranjeros, quienes ilegalmente introducen material de construcción durante la madrugada.
En lo que respecta a la zona costera, también se ha denunciado la tala ilegal de esta especie arbórea. Apenas en un semestre del año en curso se tuvieron alrededor de cinco denuncias a esta corresponsalía, debido a que fueron hallados varios grupos dedicados a la construcción de complejos habitacionales, haciendo mal uso de su maquinaria y perjudicando al mangle.
Otro punto de constante monitoreo a cargo de ambientalistas y defensores de la naturaleza se centra en la entrada del puerto, donde tiene lugar una obra. En numerosas ocasiones se ha pedido la intervención de dependencias federales para llevar a cabo un recorrido de vigilancia y la tener certeza de que no se perjudica a las áreas bióticas.
En Progreso, las afectaciones al mangle se castigan a través del Reglamento Municipal de Ecología, en su artículo 23, capítulo séptimo: Evolución del impacto ambiental, que establece sanciones económicas que podrían exceder hasta los 10 mil pesos, según el perjuicio que haya generado quien invada el también conocido como el oxígeno del ecosistema.
En lo que respecta a instancias federales, se constata que el daño a estos biomas representa un delito federal que se castiga con una pena de dos a 10 años de prisión, por el equivalente a 300 o 13 mil días de multa. Sobre el tema también existe la ley NOM-022-SEMARNAT-2003, de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Levantan la voz por el cuidado de la especie
El manglar es una de las especies más importantes a nivel mundial para los hábitats costeros, el cual está presente en este municipio en amplias proporciones; sin embargo, debido a diversos factores que no benefician su cuidado, ambientalistas locales han levantado la voz para promover su preservación antes de que sea demasiado tarde.
Uno de los defensores de la causa es el ingeniero Ricardo Mañé Lara, quien tuvo una entrevista en junio del 2022, en la que externó que es pertinente tomar acciones contra la erosión. A dos años de aquella queja, no ha habido resultados positivos.
“Es necesario que se atienda la situación que vivimos hoy en día. Se requiere tener funcionarios que tomen en cuenta el problema, porque es increíble que pasen tantos años y no se pueda detener esta situación”, recalcó el entrevistado.
Desde hace más de un lustro se ha intentado enfrentar el problema. Como antecedente se contempla el ciclo 2018-2019, cuando se colocaron en el extremo Oriente de la ciudad tres tubos de tela (geotubos), de un total de 19, a fin de obtener hasta 650 metros de playa en el área conocida por la comunidad porteña como El Jacalón. La inversión fue de 1.5 millones de pesos por parte de 24 vecinos de la zona, en su mayoría extranjeros.
De acuerdo con Paúl Recio Puerto, lugareño, los resultados no han sido favorables, ya que hace dos años en ese mismo lugar se contaba con siete metros de espacio entre construcciones y el mar; en tanto, el año pasado apenas fue de tres.
Recientemente, se han tenido programas como el de Conservación y Manejo Integral de las Zonas Costeras. En el estado existen más de 70 especies de plantas que sobreviven en la duna costera. Yucatán tiene el segundo lugar con mayor número de especies endémicas de la flora costera de México, sólo superada por la Península de Baja California.
El pasante de la carrera de agronomía y zootecnia, Roberto Iván García León, constató la importancia de preservar el mangle y evitar dañarlo. Como ejemplo de las afectaciones actuales mencionó las inundaciones en varias partes de Yucatán.
"Las raíces el mangle, además de proteger a varias especies marinas, también forman una red que protege la arena que no sea desplazada. También es necesario mencionar que el mangle proporciona gran cantidad de oxígeno. La gente debería considerar que Progreso está rodeado de agua (mar y ciénaga), si se pierde el mangle, Progreso desaparece”, aseguró.
El entrevistado aconsejó denunciar los actos que atenten contra el área biótica en el municipio y las comisarías, pues también se ha detectado su destrucción en puntos como Chicxulub, Chelem o Chicxulub, sobre todo por empresas dedicadas a la construcción.
“La gente tala el manglar, afectando a aves, serpientes y animales de mar. Dicen que lo hacen con el pretexto de necesitar un lugar donde vivir y sólo generan más contaminación. No sé qué detiene a Profepa y otras dependencias de tomar represalias y proteger estos espacios. Somos un puerto pesquero, si el gremio quiere más peces y productos provenientes del mar, primero tiene que cuidar su nido, que es el mangle”, finalizó.
Chelemeras dan el ejemplo con iniciativa de cultivo
Organismos como la Secretaría de Marina han promovido las acciones a favor de estos biomas. El último operativo se tuvo el 25 de octubre del 2023, en el que participaron dependencias de los tres niveles de Gobierno, laborando en los dos kilómetros de la ciénaga del libramiento que va de la entrada del puerto a la colonia Nueva Yucalpetén.
La ciudadanía no se ha quedado atrás por medio de sus aportaciones a la causa, pues se cuenta con un grupo de Chelem, conformado por 14 pobladoras de entre 30 hasta 80 años, edad de la integrante más longeva, llamada Teresita de Jesús Matú.
Los trabajos más habituales que realizan Las Chelemeras, como se les conoce comúnmente, consiste en la realización de canales y centros de dispersión en los que se colocan semillas de mangle tipo rojo, pues aseguran que el tipo negro crece de manera natural en la superficie mediante sus acciones. El proyecto tiene seis años vigente y se sostiene con recursos propios.
El año pasado, las ciudadanas ganaron un premio Ocean 2023, que lleva a cabo de manera anual la organización BOAT International y la fundación Blue Marine. Su categoría fue Héroes Locales y compitieron contra 94 proyectos.
JG