En nombre de su familia, que se ha ganado a pulso el respeto de la sociedad local, nacional e internacional -gracias a la alta calidad del hato de sus ranchos ganaderos en Tizimín-, Juan Macari solicita el deslinde público con el diputado local Esteban Abraham Macari, porque es un apellido incompatible con la actuación del actual presidente de la Unión Ganadera Regional del Oriente de Yucatán (Ugroy).
“A los Macari que nos quiten de esas acusaciones (de malos manejos en la Ugroy). Desde hace ochenta años llegaron los Macari a Tizimín. No han embarazado a nadie, ni han robado nada: al Oriente de Yucatán llegamos para trabajar mi abuelo, mi papá, mis tíos, mis primos, yo… No se vale que este niño (en referencia al presidente de la Ugroy) esté haciendo sus cosas, contando con los colores de la política y otros motivos para embarrar nuestro apellido”.
Como POR ESTO! publicó el domingo pasado que socios de la Ugroy informaron que durante la pasada campaña electoral, el candidato “poch indígena” destinó casi 700 mil pesos mensuales de la Ugroy para su promoción personal, que incluía rifas de computadoras, sistemas de aire artificial, televisiones, y mucho más, como “Macarito”.
Los ganaderos denunciaron un presunto contubernio entre el exsecretario de Desarrollo Rural, Jorge Díaz Loeza, y el diputado panista, quienes ocultaron el paradero de una millonaria máquina “muele piedras” que debería estar al servicio de los socios de la Ugroy, y la constitución de un desconocido fideicomiso para hipotecar en dos millones de pesos el Centro Integral de Mejoramiento Genético de Yucatán; ese dinero no ingresó a las arcas de la Ugroy sino, sospecha el gremio ganadero, se desvió a las campañas proselitistas de ambos.
Por si fuera poco, los delegados de la Ugroy sospechan que el Centro Integral de Mejoramiento Genético que se inauguró en noviembre pasado en una superficie de ocho hectáreas, es un filete inmobiliario, pues es inminente su embargo si Esteban Abraham se niega a devolver los dos millones de pesos. Los ganaderos explican que la pérdida del terreno sería inminente porque se disfrazó como “garantía” del pago una planta de alimentos, sobre la cual pesan ya tres embargos, un requisito que la dependencia a cargo de Jorge Díaz omitió al entregar ese dinero al diputado.
Desde la campaña electoral, el polémico diputado ordenó que sus comunicados, su canción de campaña y toda su imagen se basara en “Macarito” y su ascendencia con el apellido Macari.
Con esos antecedentes, en atenta llamada, don Juan Macari revela que le dolió ver el apellido familiar en el centro de acusaciones de malos manejos en el patrimonio que las familias ganaderas:
“El muchacho se llama Esteban y su primer apellido no es Macari”, recalcó el entrevistado.
“Con toda seriedad, nadie de la familia Macari se ha embarrado en cosas así. Este niño salió pues… mañoso, ¡pero no es Macari!”, remató.
JY