Yucatán

Artesanas yucatecas, con el alma en un hilo

Bordadoras yucatecas bordan prácticamente por amor al arte y dejan en eso hasta su salud.
Doña Lucía Bass y Edelmira Pech obtienen ingresos de sus bordados / Nadia Tecuapetla

Doña Lucía Bass y Edelmira Pech están unidas por los hilos que han dado vida y significado desde tiempos precolombinos a la indumentaria maya. Sí, heredaron de sus abuelas el gusto por el bordado, aunque en aquel entonces los materiales eran de origen vegetal y los motivos de creación tenían una mayor inclinación hacia lo divino; con el tiempo se dio paso a la hibridez cultural, aunque la intención de expresar identidad persiste. 

Muchas mujeres mayas, además del gusto por plasmar su propia indumentaria, han hallado en ello una forma de autoemplearse o combinar otros trabajos con el arte. En el caso de doña Lucy y doña Edelmira, semana a semana, se trasladan desde el municipio de Tetiz a las inmediaciones del mercado Lucas de Gálvez en Mérida, los días miércoles y jueves, para tender sus bordados sobre una manta en el piso, con la finalidad de venderlos.

Blusas, bolsas, hipiles, ternos, entre otras prendas, conllevan no pocas horas destinadas a la elaboración de dichas prendas, y que pueden requerir incluso meses de elaboración. Sin tomar en cuenta, los impactos para el cuerpo, ya que esta labor puede ocasionar dolores de espalda, en las articulaciones y pérdida de visión, y ellas no son la excepción.

En el caso de la doña Lucía, requiere una operación de ojos desde hace tiempo, pero le resulta imposible costearla, además de otros males que la aquejan y le dificultan sus actividades diarias.

Este tipo de labor puede ocasionar dolores de espalda, de articulaciones y pérdida de visión / Nadia Tecuapetla

Los retos del oficio

Por si fuera poco, el trabajo no siempre es apreciado a partir del esfuerzo que requiere. Además de las bajas ventas a las que se enfrentan, las artesanas reportan un constate desanimo, porque las ganancias no cubren los precios de los materiales, o se reflejan solo en centavos. “Luego resulta que trabajos como el nuestro, se cuelgan en grandes tiendas, con precios, como los 30 mil pesos o más, mientras que nosotras no podemos darnos esos lujos”, dice Edelmira.

María Elisa Chavarrea Chim, mujer maya, antropóloga y jefa del Departamento de Patrimonio y Museos Comunitarios, dijo a Por Esto!: “Existen varias problemas a los que se enfrentan las artesanas, una de ellos es el intermediarismo, que ocurre tras no contar con los espacios adecuados para la venta directa y terminan vendiendo a un precio menor de lo que se ofrece en el mercado, incluso existen mujeres a las que se les llevan los materiales a sus casas y realizan una especie de trabajo de maquiladora”.

Además de las bajas ventas a las que se enfrentan, las artesanas reportan un constate desanimo / Nadia Tecuapetla

En los últimos años los bordados en las comunidades no solo han ido en desuso, sino que se enfrenta a la presencia de prendas digitales y sublimadas, lo que contribuye a la desvalorización de las creaciones, sobre ello la antropóloga comenta que muchas artesanas han demandado una mayor profesionalización de sus prendas, así como espacios que eviten el intermediarismo.

De igual manera, creen que las instituciones deben promover estrategias que garanticen la salvaguarda del trabajo de las mujeres, para que las artesanas sean las principales beneficiadas, recibiendo un valor justo por sus creaciones.