La preocupación por la contaminación del agua en Yucatán se centró en el foro Transformando el Régimen del Agua, donde se destacó la alarmante situación que enfrentan las comunidades cercanas a industrias de alto impacto ambiental.
Wilberth Nahuat Puc, comisario de Santa María Chi, expuso con preocupación cómo una granja porcícola de más de 60 mil cerdos en su comunidad está afectando gravemente los recursos hídricos, en un pueblo de apenas 500 habitantes.
“La afectación al agua es evidente. En nuestra comunidad no podemos ni siquiera utilizar los pozos artesanales para tareas básicas como regar o lavar debido a la contaminación”, denunció Nahuat Puc, quien recordó que la contaminación del agua es uno de los problemas más críticos que enfrentan las comunidades rurales en Yucatán, particularmente aquellas situadas cerca de complejos industriales.
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El comisario hizo un llamado urgente a las autoridades y a los organizadores del foro para que se incluya a las comunidades afectadas en las decisiones sobre la gestión del agua. “Son estas comunidades las que sufren los efectos directos de la contaminación y tienen derecho a ser escuchadas en estos espacios de discusión”, afirmó.
Yameli Aguilar Duarte, científica del Inifap, hizo hincapié en que la regulación sobre el uso del agua por parte de las industrias es insuficiente. “Es fundamental controlar el uso del agua en las empresas y monitorear cómo se extrae, cómo se usa y cómo se desecha”, destacó.
Dijo que, si las autoridades no implementan controles más estrictos en las industrias, los esfuerzos por ahorrar agua a nivel doméstico serán ineficaces frente a la magnitud del problema.
Un problema creciente
El caso de la granja porcícola de Santa María Chi es sólo uno de los ejemplos de cómo las industrias están poniendo en riesgo la calidad del agua en Yucatán. La planta, que alberga a decenas de miles de cerdos, ha generado preocupación no sólo por la sobreexplotación de los recursos hídricos, sino también por los residuos y contaminantes que esta actividad vierte al medio ambiente, en perjuicio del acuífero de la Península de Yucatán.
Teresa Vaugh Charruf, representante del Consejo Ciudadano por el Agua de Yucatán, también abordó este tema durante el foro; subrayó que, aunque el Gobierno ha hecho esfuerzos para tratar el tema del agua, aún queda mucho por hacer.
Vaugh Charruf destacó que, además de la sobreexplotación del agua, es crucial que las autoridades se enfoquen en cómo estas industrias manejan los desechos y los residuos que afectan la salud pública. “Las comunidades mayas están siendo ignoradas mientras las empresas siguen contaminando sin asumir una responsabilidad real”, concluyó.