La comisaría de Santa María Chi logró un nuevo amparo, el tercero en menos de un año, ahora del Juzgado Cuarto del Estado de Yucatán, en favor de los niños de la comunidad, para frenar la operación de la Granja Santa María, aparcera de Kekén.
Sin embargo, las direcciones de Finanzas y Tesorería Municipal, a cargo de Marisol Cen Caamal, y de Desarrollo Urbano, cuya titular es Lourdes Solís Méndez, renovaron la licencia de funcionamiento de la planta.
El juzgado que emitió el amparo sostuvo que la planta de cerdos afecta múltiples derechos de los niños de Santa María Chi, incluidos “un medio ambiente sano, una vida digna, el acceso al agua y el equilibrio ecológico”. También subrayó que existe un “peligro inminente” de que, si la granja continúa operando, cause “perjuicios de difícil reparación” para los menores, debido al potencial daño al acuífero de la Península.
Esta nueva suspensión se une a las otorgadas el 21 de mayo y 15 de noviembre de 2024 (causa 1889/2023); esta vez se ordenó a las autoridades responsables, entre ellas, a la Dirección de Desarrollo Urbano y al Ayuntamiento de Mérida, que establecieran medidas de protección, a fin de mitigar el daño ambiental ocasionado por la operación de la granja porcícola.
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Las direcciones de la Comuna impugnaron el amparo previo, a través de un recurso de queja y otorgaron la renovación de la licencia de funcionamiento, con vigencia al 31 de agosto de 2027, a la granja porcícola, operada por la empresa “Chumoxil, S.A de C.V.”, propiedad de Oswaldo Loret de Mola Coldwell y Francisco José Loret de Mola Díaz.
La suspensión concedida a los niños incluye como efectos que las autoridades responsables, entre otras acciones: a) ordenen la inmediata paralización de operaciones de la granja, lo que incluye detener la introducción de más cerdos; b) lleven a cabo acciones tendentes a mantener con vida a los animales que ya se encuentran ahí y prevenir contagios entre ellos; c) se continúe con el tratamiento de las aguas residuales; d) se implementen todas las acciones necesarias para mitigar los posibles daños al ambiente derivado de la permanencia de los cerdos que aún están dentro de la granja; e) realicen visitas a la granja para verificar el cumplimiento de la suspensión y remitir las constancias que lo acrediten; y finalmente, f) que la empresa cumpla con la suspensión y con lo que le ordenen las autoridades responsables.
Los pobladores de Santa María Chi lidian con los malos olores y plagas (como la de moscas), que provienen de la granja propiedad de Grupo San Gerardo, socio de Kekén. Los insectos llegan a ser tantos que la gente “se esconde” en su casa porque, de lo contrario, sus hogares terminan invadidos por cientos de ellas.
“Prefiero pasar calor que tener que estar peleándome con las moscas”, declaró Fernando Nahuat, al explicar que cierran puertas y ventanas. “Antes podíamos comer en el patio. Ahora no, enseguida se llena de moscas”.
Olga Puuc indicó que ella tiene dos nietos pequeños y le causa temor que tantas moscas pudiesen provocar enfermedades.
En la cuenta oficial de la comisaría, Santa María Chi 2021-2024, se muestra un video de las recientes lagunas de agua sucia, que desechan de la granja de cerdos.
“Se derivan de pilas de oxidación y tanques que hacen la función de biodigestor, pero tal cantidad de agua y cerdos no se da abasto para tantos animales por lo cual optan por hacer lagunas dentro del monte. De aquí, sus plagas de moscas”, se explicó.
La invasión de moscas, incluso, fue parte de las brigadas de salud organizadas por el Ayuntamiento el día 29 de enero, por lo que el personal pudo constatar la situación.