El Equinoccio de Primavera en Chichén Itzá es un fenómeno arqueoastronómico que ocurre cada año, el cual atrae a decenas de personas para presenciarlo, además de que aseguran, este periodo sirve para limpiar energías con ayuda del Sol, siguiendo ciertos rituales durante el descenso de Kukulcán.
Durante el Equinoccio, la luz del sol crea un efecto visual en la Pirámide de Kukulkán, también conocida como El Castillo, donde la sombra proyectada en la escalera norte da la apariencia de una serpiente descendiendo por la estructura.
Además del fenómeno solar, la celebración suele incluir actividades culturales, rituales mayas y danzas tradicionales que honran el equinoccio y la conexión de los mayas con el cosmos.
Hay ciertos rituales que son practicados por visitantes, aunque hay algunos que son restringidos por las autoridades de la zona arqueológica; sin embargo, los que se tratan de recibir nuevas energías con meditaciones pueden realizarse libremente.
Uno de ellos es mediante la Energía Solar, la cual llega antes del atardecer y se puede recibir en posición de loto o de pie con los brazos abiertos mientras se visualiza cómo la luz renueva el cuerpo y espíritu.
La meditación es una de las formas más populares en el Equinoccio, ya que mientras ocurre el descenso de la serpiente de luz en la pirámide, se pueden concentrar y enfocar las intenciones para el nuevo ciclo, respirando profundamente y agradeciendo por la abundancia que llega con la Primavera.
Otra forma poco usual es participando en las danzas tradicionales si hay ceremonias en Chichén Itzá, donde se recargan energías espirituales.