
Tal y como marca la tradición, se celebró la quema del huano para ser empleado hoy Miércoles de Ceniza, una fecha que marca el inicio de la Cuaresma con diversas actividades litúrgicas y costumbres en comunidades como en Homún, Hunucmá, Bokobá y Tekal de Venegas, que reflejan la devoción y tradiciones de la región.
En Homún, los centros pastorales se llenaron de fieles para participar en la quema de huano bendito, el cual, tras ser incinerado, será utilizado para la imposición de las cenizas mediante una cruz en la frente de los creyentes.
La quema de huano tiene un fuerte componente de continuidad, ya que el utilizado proviene del Domingo de Ramos del año anterior. Esta tradición no sólo cumple un rito religioso, sino que también fortalece el sentido de comunidad entre los vecinos, quienes participan activamente en la oración, los cánticos y las reflexiones sobre la importancia de la Cuaresma.
En los centros pastorales de Homún, las familias se reúnen para fortalecer su fe y recordar la importancia del ayuno, la oración y la caridad durante este tiempo litúrgico.
En Hunucmá, la tradición también cobró relevancia. La celebración comenzó ayer en la madrugada tras la finalización de las festividades de Carnaval, lo que marca un contraste con el inicio de la Cuaresma, un período de reflexión espiritual.
El sacerdote Cristian Francisco Uicab Tzab, quien ayer celebró su cumpleaños, explicó que la Cuaresma es un tiempo de 40 días de preparación para la Pascua, donde los católicos se enfocan en la oración, el ayuno y la limosna.

En los centros pastorales de Hunucmá, las actividades se organizaron para acompañar a los fieles en su proceso de conversión y acercamiento a Dios, alejándose de las distracciones que se tuvieron en el Carnaval para centrarse en los principios de la fe.
El sacerdote Uicab Tzab destacó la importancia de vivir la Cuaresma con respeto y reflexión sobre la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, un mensaje que se compartió entre las familias durante las actividades realizadas.
Bokobá también se sumó a la conmemoración con una significativa participación de los fieles en los centros pastorales.
Estos espacios se han convertido en puntos clave para la reflexión y el fortalecimiento espiritual de las comunidades, ofreciendo un ambiente de oración y preparación para la Cuaresma.
Los miembros de la comunidad compartieron su experiencia de conversión y reflexión, siguiendo las tradiciones que la Arquidiócesis de Yucatán promueve a través de sus diversos programas.
En Tekal de Venegas, la Cuaresma se vive de manera especial, con una mezcla de sincretismo religioso y tradiciones mayas.

El Miércoles de Ceniza no sólo se celebra en los templos, sino que también se extiende a los hogares, donde la gastronomía yucateca se hace presente con platillos propios de la temporada, como los elaborados sin carne, en concordancia con las prácticas de abstinencia.
Además, en los altares de las casas y en las calles, las cruces son las protagonistas, representando la Pasión de Cristo y un recordatorio de la muerte y resurrección.
En Tekal, la festividad también está marcada por la austeridad en las iglesias, mientras que en los hogares se vive una especie de dualidad, entre el luto religioso y la celebración de la vida a través de la comida y las costumbres locales.
Las cruces, tanto en las casas como en los altares, reflejan el simbolismo central de la Cuaresma, un tiempo de penitencia y preparación para la Semana Santa.
La comunidad de Tekal de Venegas también rememora las tradiciones ancestrales que vinculan la vida cotidiana con la espiritualidad. La presencia de la cruz, tanto en los altares como en las actividades cotidianas, se convierten en un recordatorio constante de la conexión entre lo divino y lo terrenal.
Las leyendas mayas sobre la sequía y los vientos también juegan un papel importante en las reflexiones, destacando la interacción entre la cultura indígena y el catolicismo que ha perdurado a lo largo de los siglos.
La gastronomía de la Cuaresma en Tekal es otro de los elementos esenciales, con platillos como el dzotobichay, el pipián de huevo, y las tortitas de chaya, que ofrecen una alternativa sabrosa a la carne, y reflejan la marcada tradición culinaria yucateca de esta temporada.

Estos platillos no sólo son parte de la abstinencia de carne, sino que también son un reflejo del sabor y la historia de la región.
En resumen, la quema del huano para el Miércoles de Ceniza en las comunidades de Homún, Hunucmá, Bokobá y Tekal de Venegas es una celebración llena de simbolismo, reflexión y devoción.
A través de este acto, acompañado de las oraciones comunitarias y las tradiciones gastronómicas, los fieles se prepararon para vivir la Cuaresma con un sentido profundo de espiritualidad, conversión y acercamiento a Dios.
La rica combinación de tradiciones religiosas y culturales en estas comunidades hace que la celebración del Miércoles de Ceniza sea una manifestación única de la fe y la identidad yucateca.