
En el taller del Centro INAH Yucatán restauran la venerada imagen de Nuestra Señora de la Candelaria tras una intervención no autorizada que la dejó en mal estado.
Se destacó que la efigie, una pieza del arte sacro que sus antecedentes datan de finales del siglo XVIII, presentaba desde hace tiempo severos desgastes en general, por lo que fue manipulada sin los conocimientos técnicos necesarios, lo que provocó un deterioro considerable en su estructura. La Candelaria quedó en condiciones críticas que le impedían sostenerse por sí sola, además, su rostro fue desprendido.
Ante este hecho intervino el Instituto Nacional de Antropología e Historia, donde los expertos restaurarán la imagen con un trabajo que incluye tanto la estabilización estructural como la reintegración de la capa pictórica original, con el objetivo de conservar su valor histórico, artístico y devocional.
De acuerdo con la institución, se espera que la efigie regrese a Santa Rosa de Lima durante junio, restaurada y en condiciones dignas para continuar siendo un símbolo de fe y Patrimonio Cultural de Maxcanú.
La adoración a la Candelaria en Yucatán tiene antecedentes muy antiguos, y su devoción es ampliamente conocida. En la comisaría de es honrada con novenarios y gremios en torno a su fiesta principal, que se realiza los primeros días de febrero.
María Chan, devota de la hacienda Santa Rosa, comentó: “La imagen de la Virgen de Candelaria presentaba desgastes en su imagen, a tal grado que ya no se le ponía al Niño Dios ni tampoco velas por temor a que sus brazos se bajaran. Por eso sólo era expuesta para el novenario en enero y febrero. Aquí en la comisaría se le tiene especial devoción, el 2 de febrero es el gremio y muchos llegan a visitarla para ponerle flores, veladoras, rezarle y pedirle sus favores. Ella es la reina de nuestro pueblo, por eso la queremos muchos. Se solicitó el retoque de su pintura, pero no salió nada bien, y por eso la llevaron a Mérida, para que se realice bien el trabajo”.
Según han expuesto los peritos del INAH, la imagen de la Virgen de la Candelaria corresponde a una pieza de imagen escultural, de bastidor o también llamada de candelero.
Es importante destacar que el culto a esta Virgen fue de las primeras devociones marianas que llegaron a Yucatán, y fue promovida tanto por los frailes franciscanos como por los civiles y clérigos seculares desde el siglo XVII. Un centenario después, para los años de posteriores de 1750, el culto se expandió con nuevos templos y altares.