La curiosidad es algo que no se pierde nunca, en el Aeropuerto Internacional de Mérida Manuel Crescencio Rejón la imagen visual es la siguiente: perros y gatos junto con sus dueños recorren los pasillos de la terminal, suben, bajan, documentan, hacen check in, viajan y llegan de distintas partes del país o del estado. El concepto de los animales de apoyo emocional hace referencia a quienes son considerados necesarios para la salud mental y psicológica del dueño.
Estos animales pueden abordar y estar junto con su propietario durante todo el viaje. Estas mascotas, a diferencia de los animales de servicio, como los perros guía, no necesitan entrenamiento especializado y pueden ser de cualquier especie o raza. Deben estar educados para que su presencia en lugares públicos no sea un problema. No deberán perder el control y obedecer a sus dueños ante cualquier circunstancia.
Se recomiendan especialmente razas de perros y gatos de tamaño pequeño o mediano, de comportamiento tranquilo y con una energía que favorezca la calma de aquel al que acompañan. Entre las restricciones de las aerolíneas podemos encontrar, que el animal de servicio o apoyo emocional por ningún motivo podrá ser colocado en los asientos destinados para los clientes, aunque se encuentren vacíos.
No existe un peso específico para volar con un animal de servicio, en caso de que este sea de talla mediana o grande, se reubicará al pasajero en un asiento adecuado para no invadir el espacio de otros clientes o el pasillo. Si un pasajero viaja con un animal de servicio y está sentado cerca de una persona que manifiesta alergia o algo similar, es posible asignar otro asiento abordo incluso cambiar su vuelo.
Para Óscar González Rojas, que viaja a menudo entre la Ciudad de México y Monterey, someter a su mascota al estrés que genera viajar con él y documentarlo para que vaya en la zona de carga es muy frustrante. Comentó que muchos trabajadores de aerolíneas no tienen el cuidado suficiente al manejar la jaula donde transporta a Milo, un cachorro de ocho meses de talla mediana.
Algo que no lo deja tranquilo es saber cómo está su perro en el área de carga, a diferencia de Luna y Jimena, que al ser un cachorro pomeranian de asistencia emocional, puede subirla directamente al avión y tranquilizarse junto a ella durante el viaje.
Se puede transportar abordo una mascota por cliente sin costo alguno y sin la necesidad de comprarle un boleto, incluyendo “animales de apoyo emocional (ESAN) y animales de servicio (SVAN) y para ellos se tendrá que tener su cuadro de vacunas completo, un certificado expedido por una institución psiquiátrica o de salud mental, que determine que su mascota es de asistencia emocional.
Un certificado médico, con cinco días hábiles, donde la mascota pueda ser declarada apta para viajar. Además de su documentación que lo identifique como dueño de la misma. Correa y arnés donde se especifique que función emocional o de asistencia, y en dado caso para un mejor traslado será necesaria una mochila o jaula equipada para su viaje.