El humo que salía por las ventanas del predio número 561 de la calle 71 entre 72 y 74 del primer cuadro de la ciudad propició una rápida movilización de bomberos y agentes de las policías Estatal y Municipal, pero no obstante la rápida movilización de los “traga-humo” el fuego acabó con todas las pertenencias de los moradores del inmueble.
Ayer miércoles por la mañana, aparentemente un cortocircuito en la instalación eléctrica originó el incendio, que fue detectado por las cámaras de video-vigilancia de la Secretaría de Seguridad Pública, el personal de la Unidad de Monitoreo e Investigación Policial despachó al sitio al oficial Ricardo Daniel Balam, responsable de la patrulla 6337, el primer respondiente, quien constató que se trataba del incendio de un predio y apuró la presencia de los bomberos, acudiendo al sitio el carro-bomba 862, el carro-pipa 780 y la camioneta de mando 865 de la Dirección de Siniestros y Rescate de la Policía Estatal.
La cantidad de humo que salía del predio obligó a los bomberos a equiparse con máscaras y tanques de oxígeno para entrar al inmueble y combatir el fuego.
También llegaron los moto-patrulleros GM-2282, GM-2280 y GM-2230 de los GOERA Motorizados, así como las patrullas 5998, 6398, entre otras, y la ambulancia Y-12 de la SSP, afortunadamente no se requirió la intervención de los paramédicos, únicamente se registraron pérdidas materiales y nadie resultó intoxicado con el humo.
El inmueble tiene dos puertas metálicas de entrada, la del lado izquierdo fue abierta con facilidad, los bomberos, encabezados por el oficial Liberato Gil, entraron al inmueble y empezó el combate al fuego, para poder acceder por la otra puerta tuvieron que utilizar una barra de hierro con la que la forzaron.
Para ese momento la irradiación del fuego había provocado que los cristales de las puertas y ventanas estallaran, las paredes y el techo estaban ennegrecidas por el humo y el fuego había dado cuenta de la ropa de las cuatro personas adultas y un niño de 4 años que habitaban en el predio, propiedad de la señora Lubia Díaz Mendoza, quien compartía la vivienda con sus dos hijas, su yerno y su nieto.
Además de la ropa, la lumbre dio cuenta de televisores, ventiladores, una computadora, las camas, los juguetes del menor, maletas y todo lo que había en el domicilio.
La propietaria del inmueble señaló que una vecina le avisó que su casa se estaba quemando y que salía humo por las ventanas, cuando llegó, el fuego ya había hecho de las suyas.
También participaron como apoyo 10 agentes de vialidad de la Policía Municipal de Mérida, quienes se encargaron del cierre de calles y de dirigir la vialidad.
(Fernando Poó Hurtado)
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