LOS ANGELES, EU, 28 de octubre (Internet/AP).- Para Steve Pearce todo comenzó como un sueño y terminó como la mejor de las realidades.
El primera base de los campeones Medias Rojas de Boston fue nombrado el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial por el más oportuno de los bateos, más allá de sus estadísticas.
Pearce conectó tres cuadrangulares en los dos días finales del Clásico de Otoño y empujó siete carreras en ambos. Más allá lo hizo para meter freno a las aspiraciones de los Dodgers cuando su equipo más necesitaba.
Este domingo, en el quinto y definitivo juego de la serie, abrió con un contundente garrotazo de dos carreras en la primera entrada, para de inmediato poner tono y presión al as de Dodgers de Los Ángeles, Clayton Kershaw.
El abridor de los Dodgers en realidad se compuso en sus pitcheos, pero nunca se recuperó mentalmente, sobre todo por su pasado en postemporada...
Y luego en la octava entrada, disparó el segundo jonrón de la noche, por si alguna duda quedaba sobre el equipo campeón de las Grandes Ligas, amarrando el resultado definitivo.
Similar sucedió el sábado, en el Juego 4, que fue en realidad el que casi noqueó a los Dodgers en la serie. Primero, en el octavo inning, pegó jonrón para empatar 4-4 el partido en el que los Medias Rojas perdían 4-0 desde la sexta entrada y la novena dio doblete productor de tres carreras para sentenciar.
Además, recibió cuatro bases por bolas y nunca se ponchó en la Serie Mundial.
‘’Ha sido el año más divertido de mi vida y el manager Alex Cora es parte de eso’’, dijo Pearce. ‘’Ha sido increíble jugar para ellos y no puedo esperar para ver qué nos depara el futuro. El beisbol es un deporte divertido. Estoy bendecido de estar aquí ahora mismo’’.
Pearce se confesó seguidor de los Medias Rojas desde que nació en Lakeland, Florida, a unas cuantas millas del campo de entrenamiento primaveral del equipo de Boston.
Su paso por las Grandes Ligas fue mucho más intrascendente por todos los rivales divisionales de los Medias Rojas, hasta que fue canjeado de Azulejos de Toronto a Boston el verano pasado.
‘’He jugado contra estos muchachos por tanto tiempo que hasta los conocía perfectamente de lo mucho que tuve que enfrentarlos en el terreno de juego’’, dijo Pearce, de 35 años. ‘’Y en realidad nunca los conoces tan bien, hasta que eres parte de ellos. Ha sido un sentimiento muy bueno para mí’’.
Cora, de cero a campeón
Es difícil creerlo ahora, después de todas estas victorias. Pero la era de Alex Cora en Boston comenzó con una derrota, más bien brutal.
Era el juego inaugural de la campaña, a finales de marzo en el Tropicana Field. Ninguno de los movimientos dispuestos por el piloto boricua funcionó. El bullpen dejó escapar una gran ventaja y cayó por 6-4 ante los Rays de Tampa Bay.
Ningún fanático en Nueva Inglaterra lo admitirá ahora. Pero seguramente alguno dudó que Cora fuera la opción idónea para dirigir a los Medias Rojas.
“Así es el béisbol”, afirmó Cora esa tarde. “Sabemos que esto puede ocurrir... Supongo que mejoraremos”.
Lo hicieron.
Con una presencia que infundió tranquilidad aún en las situaciones más apremiantes, Cora coronó una de las mejores campañas por parte de un manager debutante en la historia, y guio a Boston al título de la Serie Mundial.
Y al fin llegó la “Cora-nación”. Los Medias Rojas derrotaron el domingo 5-1 a los Dodgers de Los Ángeles en el quinto juego del Clásico de Otoño.
La victoria desató la celebración.
Numerosos fanáticos visitantes saltaron en el graderío del Dodger Stadium. Muchos más seguidores lo hicieron en todo el país. Y muchos en Puerto Rico se mostraron jubilosos por el éxito del hijo predilecto de Caguas.
“Los fanáticos en Boston son tan locos como los de Puerto Rico, no puedo imaginar lo que está sucediendo en Boston”, dijo Cora durante la premiación.
En medio del festejo, el piloto tuvo palabras de aliento para sus coterráneos que siguen padeciendo los efectos del huracán María, que devastó la isla el año pasado. En una de las primeras actividades extradeportivas que Cora encabezó como manager de Boston, llevó a algunos peloteros a Puerto Rico, para que entregaran ayuda humanitaria.
Ahora desea transportar algo más a la isla.
“Yo sólo quise ayudar a mi gente, y lo único que pido a los dueños es la posibilidad de llevar este trofeo con mi gente a Puerto Rico”, comentó.