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Yucatán / Sucesos

Protegen a delincuente en el Suchaa

Por Julio Javier Mena

CHETUMAL, 18 de diciembre.- Sergio Cetina Valle, “La Chihua”, secretario general del Sindicato Único de Choferes de Automóviles de Alquiler (Suchaa) y Juan Diego Polanco Delgado, secretario de Conflictos de este sindicato, se encuentran protegiendo a un presunto asaltante que se disfraza como taxista, el cual conduce el automóvil Chevrolet Matiz con número económico 695, y placas de circulación A-621-TMA.

Ya que el día de ayer por la mañana, el conductor de la unidad 695 dio un servicio a un joven que se encontraba en aparente estado de ebriedad. Recogiendo al muchacho en la entrada de la discoteca Rock Shots, por indicaciones de los hermanos de éste, los cuales lo subieron al taxi y lo llevarían al fraccionamiento Las Américas II, en la calle Ottawa entre Estados Unidos y Luis Manuel Sevilla.

La madre del joven fue avisada de la situación, por lo que esperaba a su hijo en la puerta de su casa; sin embargo, el joven demoró en llegar, por lo que la familia marcó al número telefónico del joven, el cual se encontraba apagado.

El muchacho llegó a su casa casi una hora después de haber tomado el taxi, aproximadamente a las 6:30 horas, al recibirlo su tutora lo revisó y notó que no traía su celular ni su esclava de oro.

Éste comentó que sus hermanos lo subieron al taxi con todas sus pertenecías, le indicaron al chofer la dirección hacia donde lo tenía que llevar. El joven comenta que el chafirete lo paseó por todo el fraccionamiento Las Américas y lo dejó abandonado en las inmediaciones de un predio abandonado en Las Américas III.

Al darse cuenta la familia de lo sucedido, decidieron ir a las oficinas del Suchaa para informar lo que había pasado; sin embargo, para su sorpresa, cuando fueron a informar lo sucedido al personal del Suchaa, con todo el cinismo del mundo y la prepotencia que les caracteriza, los agredieron y enfrentaron.

Se entrevistaron en primera instancia con Juan Diego Polanco, secretario de Conflictos de dicho sindicato, pero éste desestimó todo lo que la familia decía, defendiendo en todo momento a un presunto ladrón.

Debido a la negativa de los dirigentes del Suchaa por resolver este grave problema y encubrir a alguien que realiza actividades delictivas, la madre del joven agraviado decidió ventilar el caso en los medios, por lo que el dirigente del Suchaa Sergio Cetina “La Chihua”, se comunicó con esta mujer y le dijo que el vería el caso personalmente y buscaría que se resuelva, diciéndole que se entreviste de nuevo con el secretario de conflictos Jorge Polanco.

La mujer le informo que en las instalaciones ya se encontraban sus hijos para resolver el problema; pero no se esperaban que cuando fueron recibidos, los jóvenes de inmediato fueron amedrentados verbalmente por un grupo de choferes de taxis de vigilancia.

Según comentan los jóvenes el más grosero y vulgar hacía con ellos fue el chofer de la patrulla número 10 de Suchaa, una vez adentro de las instalaciones, los jóvenes entraron a una habitación donde los esperaba el chofer del vehículo 695, el cual en todo momento fue protegido y asesorado por el personal de dicho sindicato, al momento de exponer la situación los jóvenes fueron interrumpidos, ofendidos e indultados por el grupo de choferes que entró en conjunto con este chofer.

Los jóvenes dijeron en todo momento que el chofer se contradijo y fue corregido en varias ocasiones por sus compañeros, haciendo notar la complicidad entre estos trabajadores.

Los jóvenes fueron retirados de las instalaciones del sindicato del Suchaa y comentan que se negaron en todo momento a dar el nombre del chofer asaltante, dando el pretexto de que sólo se lo darían a los elementos de la Fiscalía y con una orden del juez.

Al momento de salir, un grupo de taxistas les pregunto para qué habían asistido, por lo que éstos les informaron el motivo, a lo que ellos respondieron que ese sujeto sólo usa el taxi de pantalla, ya que su verdadero negocio es el asaltar y el robo a casas habitación, según estos chafiretes en la oficina de conflictos hay un expediente entero con varias de sus fechorías; sin embargo, tanto el dirigente del Suchaa como el secretario de Conflictos, no se atreven a proceder en su contra, ya que aparentemente lo protegen.

Con esta lamentable situación de complicidad y contubernio dentro de este sindicato, queda demostrado que los encargados de dirigir el Suchaa sólo están para encubrir a presuntos delincuentes y cobrar sus cuotas, en donde el laborar bien y prestar un servicio queda relegado a segundo término.

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