La voracidad y el egoísmo de algunos vecinos de un asentamiento irregular, ubicado atrás de la colonia Guadalupana, quedó de manifiesto al provocar un incendio con la intención de sacar a unos colonos, para apropiarse del terreno y de sus pertenencias; sin embargo, estos malintencionados sujetos no lograron su objetivo, por lo que tres días después quemaron la vivienda aledaña y otra que no estaba habitada.
El terreno invadido se localiza atrás de la colonia citada y de los establecimientos “Miel Gabriela” y de las bodegas de “Argo Almacenadora”, a la altura del kilómetro 8 del arroyo exterior de Periférico, conocidas como la mielera, donde en uno de los múltiples lotes de 4 por 5 metros, José Santana Estrella Valenzuela, de 35 años, con conocimientos de carpintería, herrería y electricidad, edificó su vivienda con madera de tarimas y láminas de zinc y de cartón, donde vivía con su cónyuge, Ana Cristina González Uitz, de 25 años, y sus dos hijas de 3 y 5 años de edad.
Es importante señalar que a un costado del predio de Estrella Valenzuela habitan dos jóvenes que por las mañanas salen a trabajar y retornan a pernoctar, pero acostumbran ingerir bebidas embriagantes en abundancia y hacen escándalo.
José Santana Estrella manifestó que hace unos días unos sujetos le propusieron que les reclamara a sus vecinos por el escándalo, que ellos intervendrían a su favor y aprovecharían para desmantelar la vivienda y quedarse con las pertenencias para que los jóvenes se fueran, obviamente el entrevistado no aceptó.
El sábado pasado, poco después de la medianoche, la casa de los jóvenes se empezó a quemar, pero los vecinos se percataron a tiempo y entre todos sofocaron el fuego, y todo quedó en un conato de incendio.
Agregó que descarta que un cortocircuito en la instalación eléctrica haya iniciado el fuego, pues él personalmente colocó la cableria e instaló un interruptor, y un cortocircuito botaría la pastilla y se interrumpiría el flujo eléctrico.
Señaló que uno de los sujetos que lo visitó le dijo: “La próxima es tu casa y nadie te vas a salvar”, pero en ese momento no le dio importancia, pensando que una persona en su sano juicio no haría tal cosa; indicó que el martes se fue con su familia a pasar la Navidad a la casa de sus suegros y alrededor de la una de la madrugada le avisaron por teléfono que su casa se estaba quemando.
Cuando llegó encontró la patrulla 6262 de la Secretaría de Seguridad Pública y los carros de bomberos 838 y 862, pero su casa había desaparecido y los bomberos estaban apagando hasta el último carbón.
El fuego consumió 2 cómodas de madera, un refrigerador, la estufa, el televisor, la lavadora, las hamacas, la ropa de los 4 miembros de la familia, los juguetes de sus hijas, 2 sierras de carpintería, una torneadora, el fuego acabó con todo.
Ante la situación acudió al Ministerio Público, interpuso la denuncia correspondiente y le indicaron que el próximo viernes realizaran la inspección ocular.
(Fernando Poó Hurtado)