Para Voces del Pueblo
¿Se apoderarán los modernos latifundistas de las tierras en Yucatán?
Tres reflexiones para entender lo que en un futuro en Yucatán podría pasar y será la causa de los conflictos sociales, económicos y políticos que asomarán y cimbrarán al resto de la Península Yucateca:
UNO.- Para comenzar, la tenencia de la tierra es ejidal, con una precaria presencia todavía de los usos y costumbres de nuestra identidad indígena maya. Dos ejemplos: A) si un ejidatario roba a otro una colmena de abejas, las autoridades ejidales del lugar no denuncian al ministerio público judicial, simple y llanamente el juez que ellos consideren honorable (puede ser el profesor o el más anciano) en presencia del inculpado, comisario municipal y ejidal, respectivamente, discuten hasta resolver de conformidad entre los involucrados, levantándose un acta circunstancial para el archivo y efectos a que haya lugar; B) si un muchacho de la comisaría, por efectos de la mariguana o del alcohol, hace escándalo público e insulta a sus padres, se avisa a la autoridad del lugar, quienes proceden a llamarle la atención y ya, pero al día siguiente, es citado y acuerdan no detenerlo, solamente aplicarle una fajina de castigo para el día siguiente, que consistirá en desyerbar en la plaza determinada cantidad de metros o mecates y la vergüenza de miradas, rumores y ser, sobre todo, visto por las mujeres, es suficiente para no incurrir otra vez en tal delito de falta de respeto a sus progenitores.
La entrega de carpetas básicas que hizo posible la expropiación a los latifundios de los hacendados de la casta divina y dotar tierras a los campesinos ya liberados dio nacimiento al gran ejido henequenero, estamos hablando en esta parte del sureste mexicano durante los años del Cardenismo entre los años 1934-1936 fundamentalmente; aunque también hay que acotar que desde 1915 con Salvador Alvarado y después con el gobierno socialista de Felipe Carrillo Puerto, las expropiaciones y reparto de tierras a los indios y su conversión de hecho a ejidos, desde entonces se empezó a realizar.
ASI se anduvo con la infraestructura que los gobiernos del partido único de Estado, el PRI, construyeron para garantizar los alimentos básicos y baratos a la sociedad. Los trabajadores del campo, tutelados por el artículo 27 Constitucional, eran sujetos de crédito por parte de una banca ejidal; contaban con el soporte del aseguramiento de sus productos en caso de siniestro; se otorgaba precios de garantía a maíz y al frijol principalmente; asimismo tenían el permanente auxilio de los técnicos extensionistas para efectos de organización y de orden técnico. Los alimentos para el país estaban asegurados e incluso sobraba para exportar hasta a principios de los años 70s.; las cuantiosas divisas, no obstante con la famosa política oficial llamada “desarrollista”, sirvieron para impulsar la industrialización de México y con ello la natural y lucrativa concentración de capital en pocas manos, esos mismos gobiernos, como vemos, en lugar de reinvertir en el campo, lo desviaron con el consecuente abandono agroindustrial y empezamos a depender de alimentos comprados del exterior, la historia de lo que hoy es México: un régimen de capitalismo moderno local y nacional se erigió en gran parte, sobre los hombros del campesinado y fue factor para que se consolidara el modo de producción en beneficio del gran empresariado gobernante y su Estado burocrático hasta nuestros días.
DOS.- En el período de los 70s y 80s, la política general del país devino en un ensamblamiento de los potentados y su burocracia gobernante con sus congéneres de la burguesía internacional e iniciaron los procesos de reformas a la norma legal para de ese modo justificar el desmantelamiento de empresas que estaban en manos del gobierno y venderlas a precio de regalo a la iniciativa privada; esta acción abarcó, sobre todo, los años 90s del sexenio salinista, en el cual se amaciza el modelo llamado neoliberalismo que hasta ahora padecemos. El desmantelamiento afectó, por supuesto, los cimientos en que se asentaba la agricultura en el país: al privatizarse (o venderse) por ejemplo la banca al extranjero desapareció la Banca Ejidal, las empresas del campo como la aseguradora Agroasamex, Cordemex, la industria tabacalera, la azucarera, etc., acciones de Estado que asestaron golpes a los agricultores, aumentando el desempleo, la migración campo-ciudad y la pobreza que se agudiza con la reforma al artículo 27 y su ley reglamentaria: la Ley Federal de Reforma Agraria en pleno salinato en 1992. ¿Qué consecuencias perversas implicó este modelo? Evidentemente cerrar un ciclo de política agrícola con cierto rasgo nacionalista y popular, para abrir otro de reavivamiento de un latifundismo moderno que se levanta en el marco del neoliberalismo rampante en el mundo y para ello 1) fue necesario dejar en indefensión completa al sector agropecuario (POBREZA), destruyendo la infraestructura, reformando la legislación agraria, etc., 2) iniciar con toda desfachatez e ilegalidad, el despojo de los territorios de los regímenes comunales y ejidales a lo largo y ancho del país, por la vía del PROCEDE y su hijastro FANAR, el soborno a comisarios, la inclusión de avecindados en los padrones, el reparto de dinero en efectivo y la complicidad de los visitadores de la Procuraduría Agraria (PA) y otras dependencias vinculadas al agro; los compradores son, por lo general, aquellos avecindados prestanombres de empresarios nacionales y extranjeros….
TRES.- Por la política que ya mencionamos de pérdida de derechos, sin dinero ni créditos y sin apoyo de ninguna especie del gobierno federal, la miseria se agravó (ni modo de comer la tierra) porque a la familia a como dé lugar hay que mantenerla; todo esto se hizo a propósito para que el campesino se vea obligado a vender a su propia madre: a la sagrada tierra, comenzando el despojo territorial de los ejidos para entregarlo a los ricos empresarios quienes con proyectos turísticos o las energías renovables paneles o eólicas etc., se hagan más ricos. Esto es, nuestras tierras vuelven otra vez a manos de los mismos ricos que años atrás, incluyendo la revolución de 1910, lograron nuestros abuelos y hoy nos las están quitando.
LA PREGUNTA: ¿Por qué y para qué quieren nuestras tierras? RESPUESTA: La quieren y por eso nos la arrebatan, porque la madre tierra es el tesoro único que tiene todo para la humanidad: nos da alimentos, saberes, agua, oxígeno, animales, vegetación, minerales y otras riquezas. Además en nuestro caso: abajo, sobre la tierra y en el cielo se encuentran la sabiduría indígena maya. Y los centros arqueológicos (ellos dicen ruinas) y los templos religiosos que no pudieron desaparecer los españoles, hoy lo quieren destruir (los nuevos hacendados) porque a ellos nunca les ha convenido ni les conviene que sepamos más de nuestra gran cultura maya….
Pedro Quijano Uc
2019, Año del General Emiliano Zapata