Yucatán / Sucesos

Intentan ejecutar a narcomenudista

De la Redacción

CHETUMAL, 23 de agosto.- Un intento de ejecución ocurrió en las inmediaciones de la Calzada Centenario entre Benjamín Hill y Ramón Corona, en donde dos personas armadas intentaron victimar a Gilberto Adrián A. Y., presunto narcomenudista.

Los sicarios se encontraban a bordo de un automóvil color blanco, el cual perseguía a Gilberto Adrián A. Y., quien iba a bordo de un Volkswagen color azul, con placas de circulación UUK-103-D, pero éste pudo repeler la agresión, ya que se encontraba armado con una pistola automática.

Los hechos ocurrieron aproximadamente a las 2:15 horas de este viernes, cuando Gilberto Adrián A. Y. se encontraba circulando en su automóvil Volkswagen Clásico, en dirección de norte a sur sobre la Calzada Centenario, pero al pasar la calle Ramón Corona un automóvil color blanco se le emparejó y desde él le dispararon en cuatro ocasiones.

Esto hizo que Gilberto Adrián A. Y. repeliera el ataque con un arma automática calibre 9 milímetros, la cual traía entre su ropa; el sujeto pudo huir de sus agresores, por lo que dobló hacia la calle Benjamín Hill, y al llegar al cruce con la calle Ramón F. Iturbe se detuvo en el bar Las Primas, donde pudo entrar sin ser revisado por el personal de seguridad, buscando resguardarse en este lugar hasta que se sintiera a salvo.

Una vez adentro del establecimiento, según se pudo saber por informaciones recabadas en el lugar de los hechos, el sujeto entró con semblante desencajado y nervioso buscando pasar desapercibido; sin embargo, se encontraba acomodando su pistola en la cintura de su pantalón.

Esto llamó la atención de uno de los meseros, el cual le pidió el arma de fuego, éste se negó a entregársela, por lo que comenzó a forcejear con el trabajador del establecimiento y de inmediato más trabajadores del lugar fueron a detenerlo.

El sujeto fue tirado al piso, pero continuaba forcejeando; desafortunadamente como el arma se encontraba abastecida, en el forcejeo se detonó en dos ocasiones, hiriendo al portador del arma en ambas ocasiones.

La primera bala pegó en uno de los testículos de Gilberto Adrián A. Y., mientras que el segundo impacto de arma de fuego le dio en la parte interna de la pierna izquierda, lo cual causó pánico entre los clientes de este bar.

Pocos segundos después de que se realizaron las detonaciones de arma de fuego, entraron los elementos de la Policía Municipal, los cuales al ver el charco de sangre se volcaron hacia el sujeto lesionado y pidieron apoyo a las unidades médicas.

Los asistentes a este bar aprovecharon el momento de confusión entre las autoridades y empleados del establecimiento para salir huyendo del lugar, tomar sus vehículos y abandonar la escena, donde Gilberto Adrián A. Y. se encontraba tirado en el piso.

Al lugar llegaron elementos de la Guardia Nacional, y de las policías Municipal, Ministerial y Estatal; a decir de los testigos de los hechos, los elementos policiales se encontraban confundidos con los hechos, ya que no entendían lo que había pasado.

En lo que se entrevistaban con los empleados y con la gente que se encontraba en el establecimiento, encontraron a tres sujetos, los cuales se encontraban con posesión de droga, éstos fueron subidos a una de las patrullas de la Policía Estatal y fueron llevados ante las autoridades correspondientes.

Cuando comprendieron lo que ocurría con Gilberto Adrián A. Y. comenzaron a realizar el acordonamiento del área, a pesar de que ésta ya se encontraba contaminada por los clientes que salieron del establecimiento y por los mismos oficiales.

De manera extraña el lesionado primero fue subido a una patrulla de la Policía Municipal, cuyos elementos policiales comenzaron a interrogarlo, a pesar de que se encontraba herido.

Los elementos de la UREM llegaron a la escena del incidente; sin embargo, no podían atender a esta persona ya que se encontraba en el interior de una patrulla y estaba siendo cuestionada por los elementos policiales.

Después de unos minutos y ante la insistencia de los paramédicos, éstos pudieron atender al lesionado, el cual presentaba una herida en un testículo y en la pierna izquierda; esta última tenía orificio de entrada y de salida, por lo que tuvo que ser llevado al Hospital General para su atención médica.

Mientras lo anterior ocurría, los elementos periciales se encontraban trabajando en el lugar de los hechos; entraban y salían del establecimiento al igual que el personal de las policías Ministerial y Municipal.

El arma automática atribuida a Gilberto Adrián A. Y. fue encontrada en el lugar de los hechos y asegurada para los fines correspondientes por los agentes ministeriales; cabe aclarar que el herido no contaba con permiso para su legal portación.

De igual manera, elementos de la Policía Municipal detuvieron a otros tres sujetos más, los cuales se desconoce el motivo de la detención, pero fueron llevados a las instalaciones de la PMP.

Cabe mencionar que mientras el peritaje se desarrollaba, los elementos policiales no hicieron por dar con los presuntos sicarios que intentaron victimar a Gilberto Adrián A. Y.; tampoco intentaron encontrar los casquillos de bala, producto del tiroteo en la calle que antecedió a lo ocurrido en el bar Las Primas.

Por su parte, testigos del tiroteo y vecinos de la colonia Adolfo López Mateos lograron escuchar alrededor de ocho detonaciones de arma de fuego; estas detonaciones, según comentan, se realizaron en la Calzada Centenario, lugar que no fue atendido por los elementos ministeriales.

Al momento de que Gilberto Adrián A. Y. ingresó al Hospital General fue encontrado en condición grave, pero estable, por lo que mientras transcurrían las horas se pudo saber que el impacto de la bala en el testículo destrozó este órgano, mientras que la bala que impactó en la pierna no causó ninguna lesión de consideración, por lo que permanecerá internado para recibir el tratamiento médico adecuado.

Cabe hacer mención que Gilberto Adrián A. Y. ingresó al Centro de Reinserción Social (Cereso) de Chetumal en el año 2013, ya que contaba con tres mandamientos judiciales en su contra, el expediente 353/2009 por el delito de lesiones dolosas.

Asimismo, otra carpeta por el mismo delito con el número de expediente 381/2011, por si fuera poco también presentaba un mandato por robo calificado, con base en la causa penal 150/2008.

El sujeto estuvo en prisión cerca de 4 años y salió libre en el año de 2017, aparentemente continúo dedicándose a actividades delictivas.

Por su parte, los elementos de la Fiscalía General del Estado mantienen total hermetismo en el caso, sin dar a conocer la mínima información, a pesar de que hubieron bastantes testigos de los hechos, lo que sólo deja en claro la opacidad que se da en la dependencia, que entorpece el trabajo que realizan.