Durante su rutina de vigilancia, unidades de la Policía estatal y Municipal fueron alertados por una persona que, en un predio baldío, había más de 30 personas—en su mayoría jóvenes— que estaban jugando voleibol y presuntamente consumían bebidas alcohólicas, violando las medidas sanitarias dispuestas por las autoridades ante la pandemia del COVID-19, por lo que acudieron al lugar para retirar a la gente, pero estos en lugar de cooperar entorpecieron la labor policiaca.
Los hechos ocurrieron la tarde de este pasado sábado, cuando las unidades mencionadas realizaban su rondín de vigilancia, y fueron avisados de una aglomeración de gente en un terreno baldío, por lo que acudieron confirmándolo tras su llegada, por lo que al intentar dialogar con los aproximadamente 30 personas que no portaban cubrebocas y no aplicaban la sana distancia, estos se portaron prepotentes enfrentándose con los uniformados. De la misma manera en el lugar se encontraron envases de cerveza vacíos y residuos en el suelo aparentemente de marihuana, por lo que se procedió a revisarlos pero no se les encontró nada; así mismo en una casa abandonada y a punto de desplomarse en ese mismo terreno había otro grupo de personas jugando cartas las cuales también fueron invitadas a retirarse.
El actuar de los policías al pedirle a esa gente que se retirara no les pareció, por lo que uno de los que fueron revisados dijo que le habían robado dinero en efectivo, intentando poner a todos en contra de los uniformados, por lo que fue necesario llegar hasta la comisaria municipal en donde el presunto afectado finalmente dijo no saber dónde había quedado su dinero.
La Policía se limitó a recalcarles que no se permiten reuniones, pero no hubo mayores consecuencias.
Los uniformados continuaran con su vigilancia y haciendo valer las indicaciones de los gobiernos estatal y municipal para prevenir contagios, por lo que nadie podrá estar sobre la ley y el que no acate dichas indicaciones podría hacerse acreedores a sanciones por parte de la autoridad correspondiente.
Por Carlos Euan