Lo que empezó como un día de paseo estuvo a punto de terminar en tragedia para dos menores de 6 y 16 años de edad, quienes ayer estuvieron a punto de perder la vida al ser arrastrados por la corriente en el puerto de abrigo de Chuburná Puerto.
Ambos, sobrino y tío, originarios de Progreso, se metieron al mar en esa zona, pero la fuerza de la marejada los fue alejando de la orilla. Cuando se dieron cuenta se desesperaron y el cansancio los vencía, así que empezaron a gritar a los bañistas que estaban en el lugar, quienes se congregaron para ver los que sucedía.
Dos hombres de Progreso y una mujer de Cancún se lanzaron al agua para salvarlos de morir ahogados; luego uno más se sumó a la labor. El espacio que eligieron para bañarse estos parientes es la parte conocida como el playón, pero fueron arrastrados por las fuertes corrientes que se forman hasta la bocana donde sólo cruzan embarcaciones.
Los dos bañistas fueron arrastrados por la marejada y quedaron lejos de la orilla, a merced de las olas, pero para su fortuna fueron vistos por los tripulantes de una lancha turística que pasaba en esos momentos por esa zona y, junto con los turistas que disfrutaban de un paseo en la embarcación, los ayudaron a regresar a la orilla.
Se hizo el reporte a las autoridades a través del número de emergencia y acudieron paramédicos de la Cruz Roja de Progreso, quienes mencionaron que ambos menores sufrieron un ataque de crisis cuando se dieron cuenta de que no podían nadar contra la corriente, así que la desesperación y el cansancio los iba venciendo, de modo que si no hubieran sido rescatados, ya no iban a poder mantenerse a flote y se hubieran ahogado.
Elementos de la Policía Municipal Coordinada, a bordo de la patrulla DPM287 y agentes de la Secretaría de Seguridad Pública, que acudieron en la unidad 6585, tomaron datos de los hechos para su respectivo reporte.
Los policías exhortaron a los demás bañistas a nadar lejos de la bocana, en una distancia prudente de la escollera donde se localiza el faro del puerto de abrigo.
El hecho ocurrió en medio de un domingo playero en miles de visitantes abarrotaron las playas, a pesar de la solicitud de las autoridades sanitarias del Estado de quedarse en casa para evitar contagios de coronavirus.
Sin importar la pandemia y en medio del semáforo naranja y previo a la Semana Santa, desde el pasado sábado por la tarde ya se reportaba el arribo de grupos de jóvenes y familias completas que estuvieron varias horas disfrutando en las playas.
Ni el efecto norte afectó la actividad turística; por el contrario, parece que la motivó. A pesar de que el mar estaba picado, el clima fue agradable y la temperatura permitió que muchos se animaran a meterse a nadar. En muchos casos no hubo el cumplimiento de los protocolos sanitarios solicitados, como el uso de cubrebocas y la sana distancia.
SY