Dos personas de la tercera edad perdieron la vida ayer en diferentes circunstancias. Una de ellas se trató de una mujer de 90 años de edad, cuyo cuerpo fue encontrado en la casa que habitaba en el fraccionamiento Villa Jardín, en Ciudad Caucel.
El otro caso se trató de un hombre de 72 años de edad, que fue encontrado en avanzado estado de descomposición en su vivienda, en la comisaría meridana de Chalmuch.
En el primer caso, Teresa D.J.C., de 90 años de edad, fue encontrada inconsciente por sus familiares en la vivienda ubicada en la calle 29 con 110 del citado fraccionamiento.
Después de que los familiares reportaron el suceso al número de emergencias 911, paramédicos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) llegaron al lugar, solo para confirmar que la mujer ya no presentaba signos vitales, por lo que la zona fue asegurada con el fin dar pie a las diligencias correspondientes.
La familia solicitó la intervención de una funeraria particular para que se hicieran cargo del cuerpo, mientras que los agentes tomaban las notas finales para su informe.
La abuelita contaba con un historial de diversas enfermedades, por lo que su muerte fue catalogada como “por causas naturales”.
Por otro lado, fue hallado el cuerpo de Manuel Jesús M. M. de 72 años de edad, en estado de descomposición, en la calle 21 entre 14 y 16 de la comisaría meridana de Chalmuch, al Poniente de la ciudad.
Según se averiguó, el cadáver del septuagenario fue encontrado por unos parientes que llegaron para visitarlo. El infortunado hombre ya tenía varios días de haber fallecido y las autoridades aún no determinaban las causas del deceso.
Los hechos ocurrieron en la comisaría meridana cuando los familiares llegaron a verlo, ya que desde hace un tiempo no sabían de él y por eso decidieron acercarse a su domicilio, pero al llegar lo hallaron sin vida y en estado de putrefacción. Según los vecinos, el olor se confundía con el que emana del relleno sanitario que se encuentra a unos dos kilómetros de la comunidad.
Comentaron que ya se acostumbraron a los malos olores y que cada vez que se incendia (O lo incendian) según el señor Juan N., se ahogan por el humo, es por eso que no se dieron cuenta de que del predio emanaba el olor fétido.
A pesar de que el fallecido era bebedor consuetudinario y al parecer fue de una enfermedad patológica que murió, los familiares prefirieron que el Semefo se lleve el cuerpo para la autopsia de ley.
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NM