José Antonio Ruz Hernández, rector de la Universidad Autónoma del Carmen (Unacar), no deja de solapar la corrupción de Javier Zamora Hernández, quien como rector de la Universidad Tecnológica de Campeche (Utcam), participó en el desvío de recursos públicos que se investiga desde hace cinco años, y que como resultado de la fiscalización, la Auditorita Superior de la Federación (ASF) ha determinado el desvío de recursos públicos propiciado por irregularidades que han sido observadas reiteradamente; en el caso de la Utcam, las cuentas públicas de los años 2016 a 2017 están en auditoria forense por la Unidad de Inteligencia Financiera.
La fiscalización revela que acrecentaron y evolucionaron las contrataciones para la triangulación de recursos en perjuicio del patrimonio del Estado, lo cual se ha hecho del conocimiento de las autoridades competentes en materia de investigación delictiva, tributaria y prevención y combate a los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita.
En 2016, Javier Zamora Hernández suscribió con diversas dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, instrumentos jurídicos al amparo del artículo 1, párrafo quinto, de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público (LAASSP), para la adquisición de diferentes bienes y prestación de servicios.
Por lo que ya se ha demostrado con evidencias que dicho funcionario sí está implicado en un fraude, el cual fue histórico para el País por la cantidad de recursos que se desviaron mediante las dependencias universitarias; sin embargo, por razón alguna Zamora fue protegido por Alejandro Moreno Cárdenas y colocado dentro de la Unacar, donde hoy el actual rector lo tiene cómodamente como secretario general.
La misma Ley de Responsabilidad de Servidores Públicos, señala que todo aquel servidor que esté bajo una investigación legal, federal o estatal, no debe de ocupar un cargo público y esperar la resolución que dicten las autoridades.
Incluso el mismo Zamora Hernández ha aceptado que él está bajo una investigación, pero no se irá de la Unacar porque alguien lo pida, pues su salario es demasiado alto y no se atreve a perderlo y seguir gozando de toda impunidad, después de ser el artífice de la debacle académica y económica de la Utcam.
(Texto y fotos: Ignacio Morales)
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