TANKUCHÉ, Calkiní, Cam., 23 de diciembre.- La comunidad de Tankuché tiene una historia de muchos años atrás y una de ellas son las de sus fundadores, como el caso de don Demetrio Kantún Naal quien ya cumplió 91 años de vida y aún sigue con su sonrisa en el rostro y con las ganas de seguir adelante ya que tiene una familia que lo cobija.
Este casi centenario es uno de los fundadores de lo que ahora es la comunidad, ya que bien señala que su fecha de nacimiento fue en 1928 en la comunidad de Santa Cruz Ex Hacienda y que es en el lugar donde pasó muchos años durante su niñez y logró conocer a varios amigos.
Sin embargo, relata que muy joven fue cuando logró contraer matrimonio con doña Jacinta Almeida, es por ello qué se convirtió en la razón para salir de la comunidad y dedicarse al trabajo para mantener a la familia que estaba formando muy joven.
Ello lo decidió a dedicarse al oficio de chiclero en el municipio de donde muchos de esta zona solían ir para traer el recurso a sus familias.
Pero a lo largo de su trabajo tomó la decisión de mudarse a lo que hoy es esta comunidad y dedicó su vida a trabajar como jornalero de la Hacienda y donde a su vez junto con otros esclavos dedicaba a contar que eran los yanquis traídos desde Sonora y es por ello que con ellos convivió durante varios años, pero que a su vez no tuvo el valor para hacer el trato de esclavos, ya que lo único que buscaba era el trabajo justo para quienes lo necesitaban.
En la Ex Hacienda su trabajo era hacer las sogas de las fibras del henequén, así como la labor de arrear el caballo sobre rieles y además cuidar a quienes trabajaban en este lugar como esclavos que eran provenientes de Sonora.
En aquellos años era muy difícil el trabajo y una semana de labor era para ganar únicamente tres centavos, su patrón era don Alonso Arrigonaba, mismo quien le daba un trato digno.
De la misma manera señala que fue afortunado de recibir un regalo de su patrón, que al notar que ya contaba con una familia le dio una casa que actualmente se encuentra frente a la primaria y donde sigue viviendo.
Se convirtieron en gran familia ya que tuvo tres hijas y actualmente a sus 91 años cuenta con 9 nietos y 13 bisnietos, pero además también cuenta con dos tataranietos.
Pero la historia de esta comunidad se remarca como un Ejido al dejar de ser una hacienda henequenera y de esta forma recibió el apoyo de otras cinco personas que desafortunadamente ya han fallecido, pero que lograron que la comunidad actual pudiera haber sido reconocida como un Ejido y que ahora es una de las comunidades que conforman el municipio de Calkiní.
Es por ello que se convirtió en motivo de fiesta para su familia que este fundador cumpliera sus 91 años y tuviera la oportunidad de cortar y morder su pastel.
(Jorge Aké Gutiérrez)