CAMPECHE, Cam., 18 de abril.- Los humedales, el lodo y el pantano no fueron obstáculo para el fuego que devoró parte de la flora y la fauna de la Reserva de la Biósfera de Los Petenes, donde nisiquiera los brigadistas de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) han podido entrar porque aún se observan pequeñas llamas que podrían nuevamente avivar el incendio forestal al existir gran cantidad de material combustible en el suelo.
Las brechas o mensuras realizadas por los pobladores ayudaron a contener el avance del fuego hacia el poblado de Kobén, pero la barrera natural que cortó el avance del mismo fueron los encharcamientos de agua, pero la simple humedad del lodazal no fue suficiente obstáculo.
Al caminar sobre la extensa zona de humedales y lodazales, se observa la gran cantidad de material seco, por lo que no contuvo el avance del fuego en esta zona habitada por diversas especies.
Caracoles y zonas de anidación se observan a simple vista, mientras los zopilotes recorren la zona donde comienza a sentirse el olor fétido de algunos animales que fueron alcanzados por el fuego.
Siguen las llamas
En los diferentes límites donde se frenó el avance del fuego, aún se observan pequeñas llamas en madera seca, lo que hace que sea un peligro latente pues el fuego podría avivarse; sin embargo, estas zonas en las que se requiere caminar por varias horas parecen estar lejos de la vista de los brigadistas.
En el combate al incendio no han participado los pobladores pese a ser los conocedores de su región, mientras los brigadistas recorren las brechas donde es posible acceder en vehículos, y el uso del drones al parecer ha sustituido los recorridos a pie.
Como se recuerda, la reserva de la Biósfera de Los Petenes es un Area Natural Protegida, una selva húmeda ubicada en el Estado de Campeche y abarca los municipios de Campeche, Tenabo, Heclechakán y Calkiní. Es un ecosistema único, de gran valor ecológico por su vasta diversidad de flora y fauna y representa un importante lugar para la anidación, descanso y alimentación de numerosas aves, tanto residentes como migratorias.
El término “Petenes” proviene de un vocablo maya que significa “campos llanos junto al mar a manera de islotes”, con una extensión de 282 mil 858 hectáreas.
Por ello, al parecer, el daño en 500 hectáreas es mínimo para las autoridades; sin embargo, representa una preocupación para las poblaciones cercanas por el acceso a esta zona de cazadores furtivos ante la poca vigilancia.
(POR ESTO! / Campeche)