GUSTAVO DIAZ ORDAZ, Cam., 28 de enero.- Apenas el domingo pasado un grupo de soldados de la 25 Compañía de Infantería No Encuadrada con sede en Xpujil, Campeche, llevó a cabo labores de inspección por la zona serrana de los límites de Campeche y Quintana Roo, donde los fines de semana no dejan de escucharse los motores de los aviones y avionetas que de forma furtiva atraviesan la frontera para internarse a territorio mexicano y descargar toneladas de droga que transportan desde Centroamérica hasta territorio nacional.
El tema es sumamente espinoso, razón por lo que las autoridades de esta región que forman parte del diferendo territorial entre Campeche, Quintana Roo y Yucatán, se atreven a hablar únicamente desde el anonimato, para denunciar que prevalece la presencia de gente armada, presumiblemente ligada al narcotráfico y para exigir que se amplíe la presencia de los militares en toda la zona limítrofe, principalmente en el “Area de las Tres Naciones”.
“Apenas el domingo pasado una avioneta sobrevoló el lugar. Nosotros no la vimos, pero la gente que salió temprano al campo sí la observó”, dijo un joven de Díaz Ordaz (San Antonio Soda), quien aseguró que ese día sus padres les dieron la instrucción de no salir para nada.
Nuestro informante narró que una hora y media después de que tuvo lugar la incursión de la avioneta, arribaron a Caobas y a Díaz Ordaz un grupo de soldados, así como elementos de la Gendarmería quienes se internaron a la zona de potreros, así como la zona de cerros, por donde fue avistada la aeronave.
El operativo que llevaron a cabo los uniformados no duró demasiado, pues al cabo de alrededor de dos horas, los uniformados abandonaron el lugar y se trasladaron hacia la carretera federal. Los vecinos del lugar afirmaron que los militares habrían tomado camino rumbo a Hopelchén, hacia donde presumiblemente se habría dirigido la narco-aeronave.
Vuelo entre cerros
Un habitante que fue más observador declaró que a las aeronaves que ingresan a territorio campechano o quintanarroense desde la frontera con Belice se les pierde fácilmente la pista debido a que los narco-aviadores han aprendido a volar entre los cerros, hasta llegar a las pistas clandestinas o las carreteras solitarias que abundan en la zona.
“Son decenas de kilómetros los que pueden sobrevolar a baja altura por entre los cerros. Nosotros le llamamos a ese sitio entre cerros “El Cañón”. Tal vez estemos equivocados porque no sabemos mucho de geología, pero todos saben que esa es la ruta que siguen las aeronaves para no ser detectadas.
“Otro aspecto que las autoridades se niegan a tomar en cuenta es que precisamente al pie de muchos de esos cerros, tanto del lado de Quintana Roo o de Campeche, hay muchos ranchos en los que se han realizado grandes inversiones, pero no se sabe si realmente se dediquen a la cría de ganado o a la agricultura.
“La verdad es que ni engordan ganado. Entonces ¿A qué se dedican?”, cuestionó uno de los ciudadanos que acompañó a los reporteros de POR ESTO! por la que constituye apenas una pequeña parte de la enorme zona limítrofe, en donde en algún tiempo se planeó que pasara el trazo de la Carretera Internacional del Plan Puebla-Panamá.
No quieren el retorno de narco-operaciones
Aunque en los últimos fines de semana de nueva cuenta se ha dejado escuchar el sonido de los narco-aviones, los habitantes de esta marginada región exigieron al Gobierno Federal que prolongue la presencia del personal uniformado de la 25 Compañía de Infantería No Encuadrada (CINE 25), así como los uniformados acantonados en el Cibalito, ya que consideran que con ello se ha podido alejar a los malhechores que en forma regular realizaban sus operaciones de trasiego en la zona.
Otro aspecto que fue expuesto fue el hecho de que en los últimos años también se descuidó la vigilancia sobre la carretera Caobas-Cibalito, misma que fue planeada para enlazar a la Península de Yucatán con Guatemala y Belice, como parte del fallido Plan Puebla Panamá.
El citado camino -presumió nuestro informante- pudiera estar siendo utilizado para el transporte de droga, pues a pesar de que la presencia militar está relativamente cerca, no se descarta que eventualmente sea usada para transportar estupefacientes. Respecto a si este bien construido camino puede estar siendo utilizado para aterrizar aeronaves, la voz informante declaró que eso estuvo ocurriendo en un principio, pero que al menos en meses recientes no se tiene conocimiento del descenso de algún narco-avión.
Garitas desoladas
Otra denuncia que hicieron los ciudadanos a POR ESTO! es la necesidad de demoler o de darle algún tipo de utilidad a la garita de Caobas, misma que estaba bajo responsabilidad de la Dirección de Aduanas de México y que fueron abandonadas desde el año 2014, en donde también había un puesto militar.
Ahora los arruinados edificios han sido desde escenario de enfrentamientos entre policías y delincuentes, hasta posible guarida de delincuentes que se dedican al robo del transporte de carga, otro de los flagelos que castiga a los habitantes de esta región y de los transportistas que necesariamente tienen que transitar la solitaria carretera Escárcega-Chetumal.
(Joaquín Vargas)