Una de las consecuencias que ha traído la globalización, ha sido la descontinuación de diversas formas y medios de comunicación, el correo postal no ha sido la excepción y como en casi todo el mundo, el servicio de envío de cartas y postales en Carmen se encuentra en agonía.
Correos de México se fundó en 1580 en los tiempos de la colonia, ya en el México independiente, cambió su nombre a Servicio Postal Mexicano (Sepomex), pero es hasta 1986, cuando el presidente Miguel de la Madrid lo reforma y su denominación quedó como sigue en la actualidad.
Marco Antonio Flores, cartero especializado y actual delegado sindical de los carteros en Ciudad del Carmen, quien lleva 27 años dedicado a este oficio, aseguró que el uso del servicio posta lleva en decadencia más de dos décadas, para ser exactos, desde que el teléfono comenzó a ser accesible para la sociedad.
“Pero ahora pienso que ya nos ganó la modernidad, la aceleración con la uno se puede comunicar a través de casi cualquier equipo. Hubo muchos beneficios pero el correo fue afectado”: opinó Marco.
Pero la acción de acudir a la oficina y enviar una carta no fue lo único que quedó en el olvido tras la llegada de las nuevas tecnologías de comunicación. El reparto en bicicleta, el tradicional traje de cartero y el característico sonido del silbato también pasaron al almacén de la memoria colectiva.
De acuerdo con el cartero, a finales del siglo pasado, se recibían mensualmente miles de cartas y postales y que las personas remitían a sus seres queridos, en la actualidad, al mes no se reciben más de 80 y estos por lo regular, son de extranjeros o mexicanos que viven fuera del país y mandan una foto a sus familiares o amigos como recuerdo.
Paradoja
Pero ahora, de manera paradójica, los únicos que tienen seres queridos que no han emigrado a los medios digitales y algunas empresas, bancos y dependencias de gobierno son los que siguen enviando correspondencia.
“Estados de cuenta, notificaciones de juzgados, de esos sí hay miles cada semana”: dijo Marco Flores.
El tradicional traje del cartero se dejó de usar a partir de la supuesta modernidad que trajeron reformas como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, para darle un aspecto más actualizado al servicio.
Así mismo, las bicicletas fueron sustituidas con motocicletas. Todavía existen vehículos de pedal en las oficinas de la Isla, pero estas solo usan cuando las unidades motorizadas no pueden transitar por diferentes situaciones, por ejemplo la lluvia o la falta de mantenimiento.
Ahora, hasta es difícil que les abran a los mensajeros, las puertas de una casa, años atrás, era común escuchar el tradicional canto del silbato del cartero y las personas salían gustosos a recibir sus cartas.
Día del cartero
El trabajador del correo recordó con una sonrisa que cada 12 de noviembre, fecha en que se conmemora el Día del Cartero, el sindicato nacional les hacía llegar a sus afiliados un paquete con regalos, el más esperado, un silbato nuevo. No obstante, hace más de 10 años que este detalle dejó de llegar a sus manos.
También, narró que era común que en el día de su celebración, la gente les obsequiaban refrescos, dulces o hasta alguna propina, pero hoy día, son contados aquellos que recuerdan esa conmemoración.
Por otra parte, como monumentos sin cuidado, aún quedan tres buzones para recibir cartas diversos puntos de la ciudad: en el estacionamiento de Mega soriana, frente al edifico de Pemex en la calle 33 y en la banqueta del crucero de la avenida Nardos con la calle Azucena en la colina San Nicolás.
Estos contenedores son revisados hasta dos veces por semana con la esperanza de encontrar en ellos una carta o postal, sin embargo, algunos de estos, durante años no han recibido más que basura que les introduce la gente.
Son más de cinco los buzones almacenados en las oficinas y a decir del delegado, en los próximos días el que se ubica en la calle 33 también será removido.
Como en casi todas las industrias que sustituyen la mano del hombre por las mejoras tecnológicas, Correos de México ha reducido severamente su personal, tan solo en la oficina de la Isla, hace poco más de 10 años se contaba con 20 carteros, ahora quedan 9 personas y por si fuera poco, las crisis económicas también ocasionaron recortes en el personal administrativo.
Marco finalizó invitando a los carmelitas a revivir o por lo menos, vivir esa experiencia de adquirir un timbre postal, enviar una carta o una fotografía, un servicio que tiene un costo de tan solo siete pesos a cualquier destino de la República Mexicana.
Además, a que también confíen en su servicio de paquetería que puntualizó, es el más barato en México.
Por Juan García