Un plan sustentable de reciclaje debe ser primordial en las condiciones que el nuevo concesionario del sistema de recolección de residuos debe cumplir para evitar el menor impacto ambiental a la Isla, propone Ricardo Ruíz, director del colectivo ambientalista Isla Verde.
En primera instancia, el ecologista lamentó que el procedimiento de elección del nuevo concesionario no sea accesible a los ciudadanos, pues dijo no estar enterado sobre el tema.
Comentó que lo primero que debe aportar la nueva empresa encargada de tratar la basura es un proyecto de reciclaje, primordialmente una planta de separación de residuos, ya que la acumulación de basura en un relleno sanitario no es para nada sostenible por muy elaborada que sea.
“Un tiradero es lo menos sostenible y ecológico que existe si la basura no se procesa, sólo se acumula y se rellena con tierra, sin tener en cuenta la contaminación que esto causa al suelo”, indicó el experto.
Señaló también que se deben de destinar días específicos para la recolección de cada tipo de residuo, ciertos días basura orgánica y otros días para desechos reciclables.
Aseveró en que si no tienen un programa de tratamiento de las más de 250 toneladas de basura que se producen diariamente en la ciudad, permitan que otras entidades realicen este trabajo, como los colectivos ecológicos u otras empresas que sí lo hagan, diferente a lo que sucedió con Promotora Ambiental (PASA) que no permitió el reciclaje e incluso despidió a los recolectores.
Expresó que la recolección de la basura debe generar una economía circular, en la que se pague a la empresa, pero esta, a través del reciclaje, también regrese beneficios económicos a la ciudad, pero ante todo, que reduzca en la menor medida de lo posible los daños ecológicos a la Isla.
“La ciudadanía necesita el programa de separación para que los residuos sean aprovechados y no seamos una Isla de basura sino una Isla que genera valor con sus residuos”, precisó el activista.
Aseguró que si las autoridades no toman una decisión en consideración con en el medio ambiente, quiere decir que no están conscientes de que vivimos dentro de unÁrea Natural Protegida y tienen otros intereses de por medio.
Agregó que la empresa y la administración municipal deben instalar un programa de concientización y educación ambiental, no sólo una campaña sino un plan complejo que enseñe a los ciudadanos a contribuir para preservar el entorno.
Por último, lamentó la falta de información sobre estos procesos públicos y el tiempo con el que se discuten, pues el 15 de noviembre termina el contrato de PASA y hasta el día 13 de ese mes se dirá qué compañía ganará la licitación.
Por Juan García